Según ha podido saber este periódico, la RFEF quiere que el partido de semifinales de Osasuna en El Sadar sea a las 2 de la mañana, horario de máxima audiencia en las Islas Maldivas y en Sri Lanka, que son muy de madrugar para ver fútbol europeo y hay que abrir mercados y gruñir menos por los inconvenientes, que ya está bien de aficionados flojeras a los que todo les viene mal. Y a ser posible un día que pase por aquí un huracán o caiga una nevada legendaria, que siempre le añade épica al asunto. Aunque quizás no pase nada de eso porque Rubiales está muy ocupado cambiando el protocolo de entrega de medallas al Barça femenino cuando logra un título, que fue muy cutre que las recogieran de una caja las propias jugadoras. Por lo visto, duda entre mandárselas por correo –a cobro revertido, claro– o comprar una máquina de tiro al plato para lanzárselas una a una desde el palco y echar unas risas. Y en esas manos anda el fútbol patrio.