Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), defendió el fuera de juego semiautomático que ya se usa en la Supercopa de España y la final de la Copa del Rey, e instó a LaLiga y a los clubes a “pedir” que se implemente en la competición de la regularidad para aprobarlo.

Tras la polémica desatada por la posición de Marco Asensio en el gol anulado en el clásico del Camp Nou y la decisión del VAR de no dar validez a un tanto que habría puesto por delante al Real Madrid (el marcador era entonces de 1-1 en un partido que terminó ganando el Barcelona por 1-2), el presidente de la RFEF propuso un sistema que ya se usa en el fútbol español.

“La Federación, tanto en la Supercopa como en la final de Copa del Rey, ya utiliza este sistema, que se ofreció a LaLiga desde el primer momento y que son los clubes y LaLiga los que nos lo tienen que pedir. En el momento en el que lo pidan, se implementará”, manifestó en la presentación de un nuevo acuerdo publicitario para la selección española.

También aprovechó Rubiales su comparecencia ante los periodistas para pedir un respeto mayor para el estamento arbitral: “Es una cuestión que tienen que querer los clubes y nosotros estamos encantados. Desde ahí, el sistema es el que es y entre todos tenemos que reforzar la confianza en el sistema. Que los árbitros vayan a arbitrar con la tensión lógica de los partidos, pero no más, porque es parte de nuestra responsabilidad que los árbitros sean solo árbitros”.

El fuera de juego semiautomático es una tecnología que se basa en la detección de extremidades, llamada limb-tracking en inglés. Con ella, la imagen permite crear en tiempo real representaciones visuales tridimensionales del esqueleto de los futbolistas durante las jugadas. Se compone por un sistema de cámaras instaladas bajo la cubierta del estadio que captan los movimientos de todos los jugadores y del balón, que lleva un chip incrustado. Así, los sistemas ofrecen hasta 29 puntos monitorizados en cada futbolista gracias a unas 12 cámaras alrededor del terreno de juego, que sirven para crear esqueletos animados. La idea, como ya ocurrió en el Mundial de Catar, es la de que los árbitros tengan una mejor herramienta y los espectadores una explicación y una imagen más clara prácticamente en tiempo real.