Los piratas, como llama cariñosamente el técnico Santi Denia a la generación de futbolistas españoles del 2000 con la que ya ganó el Europeo sub-17 y sub-19, y entre los que se encuentra el navarro y delantero de Osasuna Aimar Oroz –apunta como el principal revulsivo–, tendrán la oportunidad ante Inglaterra de lograr un triplete nunca antes visto en categorías inferiores (18.00 horas)

El delantero Abel Ruiz explicó recientemente, sobre el apodo de piratas, que tienen “ese mote porque Santi sabe que somos un poco traviesos fuera del campo y eso nos hace luego estar más unidos dentro, tener esa piña que tenemos”. “Es algo que viene desde el primer momento que nos vio. Se dio cuenta de que fuera del campo éramos un poco liantes (ríe)”, comentó el futbolista del Sporting de Braga.

Estos futbolistas están a un paso de hacer historia, en caso de ganar una final contra Inglaterra en la que llegan en el mejor momento. Liberados por haber logrado ya la clasificación para los Juegos Olímpicos de París 2024, golearon a Ucrania (5-1) en la semifinal con el resultado más abultado de la historia de la competición desde el 5-0 de Portugal a Alemania en 2015.

El gran reto del torneo llega, como no puede ser de otra forma, en la final. La selección más goleadora (13), con variedad de tantos gracias a los tres de Abel Ruiz y Sergio Gómez, dos de Juan Miranda, uno de Aimar Oroz, Alex Baena, Antonio Blanco y Oihan Sancet (otro en propia).

Algo a tener muy encuenta para La Rojita es que nadie le ha hecho gol a Inglaterra en los cinco choques. 450 minutos de juego y James Trafford todavía no ha recogido el balón de su red. Eso sí, hizo paradas de mérito contra Portugal e Israel, lo que ha hecho que su nombre suene con fuerza para recalar en el Burnley procedente del Manchester City por unos 20 millones de euros.

El otro jugador a destacar, procedente de la factoría del equipo dirigido por Pep Guardiola, es el capitán Taylor Harwood-Bellis, que Vincent Kompany ya modeló primero en el Anderlecht y, ahora, en el Burnley.