¿Usted sabe el dolor que se siente cuando uno se golpea en los dedos del pie contra un mueble? Pues eso es lo que siente cualquier rojillo ahora mismo. No se sabe si llorar, reír, gritar, insultar o todo a la vez. Es muy frustante que Osasuna se quede fuera de Europa tras todo lo que ha peleado en verano y, para más dolor, tener controlado el partido hasta el minuto 73 y echarlo a perder en tres minutos por errores propios pero impropios de un equipo que quiere ser europeo.
Hace pocas semanas escribía en estas líneas que no se sabía si Mojica nos iba a dar alegrías o penas, pero que tenía pinta de que podía ser cualquiera de los dos. Y en Bélgica nos dio ambas. Un primer gol que empataba la eliminatoria y luego salió en la foto de los dos goles en contra. El lateral cometió un error digno de infantil en el tanto definitivo que un equipo que quiere ir por Europa no se puede permitir.
Un par de minutos antes, en el primer gol, también aparece, aunque ahí tiene la excusa de que ese balón jamás tendría que haber llegado ahí, le falta contundencia para aunque sea molestar a Thiago un poco. Algo.
Pero bueno, tiene trabajo Jagoba ahí. Parecido a lo que hizo con Estupiñán, pero aquí no hablamos de un joven, ni mucho menos. Veremos si el de Berriatua logra que la cesión tenga réditos.
A todo esto, Osasuna había llegado hasta ese fatídico minuto 73 después de haber remontado la eliminatoria con el mencionado gol de Mojica y un ajustado testarazo de Budimir que llenó de ilusiones a Osasuna. Pero entonces los rojillos comenzaron a no desplegar su juego e intentaron, con evidente nula efectividad, que no se jugase más al estilo Bordalás. Osasuna no sabe jugar a eso y lo pagó.
Y ahora, después de un precioso sueño de varias noches de verano, toca centrarse en la rutina liguera hasta que llegue una Supercopa árabe allá por Navidad. No es tontería, es el pan rojillo y hay que mantener el buen inicio liguero pese a este golpe.
Bueno y antes las últimas 24 horas de mercado. Que nadie venga y aproveche el chasco para llevarse con un clausulazo a algún jugador. Y, por pedir, este equipo necesito un Abde. Que no Abde en sí, que se sabe que es una utopía, sino un jugador que encare y revolucione los partidos cuando, como enBruselas, se bloqueen. Veremos si Braulio encuentra su mirlo.
