A Osasuna se le escapó la posibilidad de conseguir su segunda victoria como local de la temporada porque Las Palmas se adelantó en el marcador y sólo tuvo tiempo para empatar. Sin embargo, el devenir del choque pudo cambiar si con 0-0 le hubieran concedido un penalti en el minuto 38 en un remate de Budimir que golpeó en la mano de Mika Marmol antes de que Valles realizara un paradón para enviar el balón a córner, o si el árbitro o alguien en el VAR hubiera considerado como gol un cabezazo de David García en el minuto 48 (el 3 de la segunda parte) que, sin la tecnología del gol, nunca sabremos si la pelota entró del todo o no. En la imagen, Budimir le dice algo al oído a David García.