Entre Budimir, autor del gol, y Sergio Herrera, el candado de la portería, Osasuna se llevó un punto del Sánchez Pizjuán ante un Sevilla que está de los nervios y que sufre del temblor de los equipos que andan con el agua al cuello, necesitados, sin ver la luz desde hace muchos meses. El oportunismo del delantero croata y la rotundidad del cancerbero en sus dominios, solo cuestionado en su inaccesibilidad en el certero remate en el gol local -una buena diana de Isaac Romero, de espléndida ejecución-, hicieron que Osasuna siguiera con su suma en la segunda vuelta, este buen ritmo que le va a permitir cumplir con su objetivo más tarde que pronto y que le coloca en la antesala de la zona noble de la clasificación. Si se trata de buscar estímulos, de todos modos, el de volver a ganar fuera de casa sigue presente, porque no se suman tres puntos de visitante desde el mes de octubre.

En un partido con dos caras, muy fea en la primera parte y más agraciada en la segunda, Osasuna fue capaz de salir vivo de los primeros 45 minutos -sus peores minutos- y luego meterse en la pelea por el resultado tras una reaparición después del paso por los vestuarios mucho mejor, en la que Budimir se cobró otro gol para su cuenta en una acción de hegemonía en las distancias cortas del área. Fue capaz de peinar primero el saque de esquina que remató David García, de forma poco ortodoxa, pero que redirigió a gol el ariete todo en un visto y no visto. 

El Sevilla llegó al encuentro con su taquicardia a cuestas, porque las apreturas en la clasificación quitan el aire, pero desembocó en el ataque de nervios cuando el marcador se le descuadró tras un inicio feliz. Para entonces, cuando llegó el empate, ya había emergido con fuerza la figura de Sergio Herrera. El portero volvió a ser vital para que Osasuna se llevara un marcador satisfactorio. En la primera parte, ya desbarató un par de oportunidades muy claras ante Isaac Romero y Ocampos, y en la segunda, además de resolver por las bravas un zambombazo lejano de Acuña, le birló la victoria al Sevilla en el tiempo de descuento cuando detuvo un primer disparo de Sergio Ramos -el central se apunta a todo en este Sevilla desbrujulado, aunque en lo suyo, defender, ya no es lo que era- y el rechace también lo zanjó con el pie enviando la pelota a córner ante la llegada de Rafa Mir. Osasuna lleva varios partidos en los que mantiene el tipo gracias a la calidad de su portero, que es un seguro. Y un espectáculo.

Osasuna también demostró en Sevilla que se mantiene la voluntad por cambiar, mejorar, ser más fiable en este curso con dudas. La primera parte fue muy discreta porque, a pesar de que tuvo más tiempo el balón, el conjunto local evidenció su necesidad, jugó de forma directa y por las bravas y, cuando no tuvo el balón, se mostró muy preocupado por no perder, por no conceder. Por eso, cuando mediado el primer acto Isaac Romero marcó, al Sevilla se le organizó el plan perfecto: dejó a Osasuna el mando de las operaciones y se dedicó a sobrevivir a la contra. El ofrecimiento no fue correspondido por los rojillos que firmaron su primer lanzamiento entre los tres palos pasada la media hora, cuando Moi Gómez buscó las costuras a Nyland en un disparo raso que acertó a detener, con dificultades, el meta.

Antes de que Osasuna igualara por fin la intensidad del Sevilla, con más fuste en las pugnas y segundas jugadas, Sergio Herrera sacó de un apuro a su equipo con el despeje ante Acuña. La historia del encuentro comenzó a cambiar con ese córner a los diez minutos de la reanudación en el que Budimir estuvo en la caricia y en la estocada. El partido cambió porque Osasuna dio un paso adelante, se sacudió el papel secundario y el Sevilla notó que los problemas de los equipos en apuros no se van tan fácil, con un solitario gol a favor, y que se deben hacer las cosas mucho mejor para sostener un marcador y protagonizar una película con final feliz. El equipo de Quique Sánchez Flores fue con el empate protagonista frente a un Osasuna que, en esta ocasión, consintió ante el empuje pero que no sufrió lo más mínimo.

La expulsión de Suso, tras revisión en el VAR de la dura entrada sobre Aimar Oroz, le dio una vuelta más al guion porque Osasuna se quedó como dominador del partido, aunque sin encontrar tampoco en esos doce minutos finales -los reglamentarios más los del descuento- un camino cierto hacia la portería rival. La propia estaba a buen recaudo con Herrera.

1 - Sevilla: Nyland; Jesús Navas (Juanlu, m.71), Badé, Sergio Ramos, Marcao (Rafa Mir, m.71), Acuña (Pedrosa, m.59); Suso, Soumaré, Agoumé (Sow, m.59) (Óliver Torrres, m.67); Isaac Romero, Ocampos.

1 - Osasuna: Sergio Herrera; Rubén Peña (Areso, m.66), David García, Catena, Juan Cruz, Mojica; Ibáñez (Moncayola, m.l75), Iker Muñoz, Moi Gómez (Aimar, m.75); Raúl García (Arnaiz, m.83), Budimir.

Goles: 1-0, M.24: Isaac. 1-1, M.55: Budimir.

Árbitro: Cuadra Fernández (Comité Balear). Expulsó con roja directa al local Suso (m.86), por una entrada a un rival tras anular la amarilla que le había sacado primero, después de avisarle el VAR y de verlo en la pantalla a pie de campo. Además, amonestó por parte del Sevilla a Agoumé (m.6), Soumaré (m.56) y Sergio Ramos (m.84).

Incidencias: Partido de la vigésima segunda jornada de LaLiga EA Sports disputado en el Ramón Sánchez-Pizjuán ante 36.640 espectadores. Los jugadores de ambos equipos llevaron brazaletes negros y se guardó un minuto de silencio, antes del comienzo, en memoria de los tres abonados sevillistas, un padre y sus dos hijos adolescentes, fallecidos en accidente de tráfico cuando el jueves iban a Madrid a ver el partido de Copa contra el Atlético.