Desde que Fernando Alonso volvió a la Fórmula 1 se ha viralizado casi de manera obsesiva-compulsiva que cada vez que alguien dice el número 33 (que sería el número de victoria que conseguiría el asturiano) te digan “Repíteme ese numerín” hasta la saciedad. Osasuna, con su punto en Las Palmas alcanzó esa cifra numérica en la clasificación y se mantuvo más cerca de Europa que del descenso. 

La lógica de la temporada invita a pensar que muy pocos puntos más van a hacer falta para certificar la salvación matemática, pero la lucha por Europa queda aún lejana y por eso los rojillos nadan en aguas tranquilas pero con objetivos más ambiciosos aún posibles pero que necesitan de una buena camada de puntos seguidos para no escaparse de manera definitiva pronto. 

Por eso el punto en Las Palmas deja una sensación mixta. Por supuesto que si en septiembre le dicen a Osasuna de empatar en tierras insulares pocos hubiesen puesto mala cara, pero tras adelantarse con el golazo de Unai, da pena que en apenas tres minutos se escapasen dos puntos en una acción con varios pequeños errores defensivos encadenados. 

Por cierto, Osasuna está tranquilo que parece que nadie se alteró mucho cuando a Catena casi se le llevan la camiseta de un agarrón dentro del área en el descuento de la segunda parte. O cuando Coco pisó a Raúl García de Haro en la primera mitad. Poca polémica que, todos lo sabemos, daría para un par de vídeos de alguna tele de algún club blanco si les pasase a ellos.

Pero bueno, tal vez es la costumbre. Otra de las buenas noticias fue el debut del juvenil Arguibide. El chaval entró por un Areso tocado que realizó un gran partido y porque Peña estaba lesionado, pero es una buena noticia que Jagoba tire de los de abajo no solo para quedarse, sino también cuando los necesite. Estas oportunidades es mejor que las tengan los chavales a tener jugadores residuales con pocos minutos y enfadados por su papel y que hagan de tapón. 

Y más cuando Osasuna necesita algún tipo de inputs positivos para buscar ilusiones varias de aquí a final de temporada, más allá del manido: “cuanto más arriba, más dinero se cobrará de los derechos”. Siempre pensando que no llega ese apretón de puntos, pero, por lo menos, que rasquen algo pronto para no tener aguanta la turra del 33.