Con 7 puntos en tres partidos -dos de ellos en plazas tan complicadas como Donostia y Las Palmas-, Osasuna ya tiene otra pinta, ya vuelve a ser reconocible, ya ha dejado atrás ese bache que parecía interminable y que tan mustios tenía al míster, al equipo y al entorno. Ver de nuevo a los rojillos sacando a relucir el gen competitivo y trabajador, tuteando en sus propios feudos a buenos equipos -Las Palmas no está en la octava posición por casualidad-, eleva esos ánimos que andaban tan alicaídos en los últimos meses. Un buen partido el de ayer y un buen punto para seguir certificando una salvación casi virtualmente lograda. Y doce partidos por delante que se pueden afrontar con tranquilidad, que no con relajación, para acabar lo más arriba posible e incluso para dar minutos a nuevos valores, como ayer a Arguibide. Un poco de alegría, que no todo va a ser siempre sufrir. 

16

El 1x1 de Osasuna contra Las Palmas DIARIO DE NOTICIAS