Este viernes, con la disputa del partido entre Betis y Celta, comienza esta Liga de ocho jornadas en la que se cruzan los intereses por un objetivo común pero excluyente, porque si lo consigue uno no llega a ninguno de los otros. Estas mini ligas, en número de partidos y de equipos, suelen resultar muy divertidas, si no está en juego un descenso, claro, que entonces no tienen ninguna gracia porque a cada jornada se sueña con la mejor quiniela posible.

Valencia (44 puntos) y Betis (42) por delante, pero Villarreal y Getafe por detrás, sólo a un punto (38), conforman el grupo de los rivales directos de Osasuna en la pugna por la séptima posición final de la Liga, la plaza que clasifica para la próxima edición de la Liga Conferencia. La séptima posición correspondió el pasado campeonato a Osasuna, que se encaramó en Europa gracias a sus 53 puntos. Es decir, con 14 puntos más que los 39 que suma ahora.

Ese grupo de cinco conjuntos, del que forma parte Osasuna, parece el destinado a jugarse el último puesto que entrega el salvoconducto para meterse en una competición continental. El equipo que entrena Arrasate es el que más duelos directos va a sostener en estas ocho jornadas, con tres partidos frente a Valencia, Betis y Villarreal, además todos ellos en El Sadar. Nueve puntos que se van a dirimir con tres rivales directos, es decir, un importante botín en este tramo en el que se reparten un total de 24 puntos y en donde los fallos van a penalizar más que en otros tramos del campeonato, porque no queda margen de actuación, y las victorias van a meterle mucha emoción a la clasificación.

El Valencia, con partidos contra Osasuna y Betis; y el conjunto andaluz, que además de con los valencianos se miden con los rojillos, son los otros dos conjuntos que se cruzan los destinos en las próximas ocho jornadas. El Villarreal, que jugará el último partido de Liga en El Sadar, es el único que aparece en este calendario retorcido por el objetivo común. No está en ninguno de estos cruces el Getafe. El equipo de Bordalás no anda tan fino como en otros tramos de la temporada, pero por nivel de sus rivales tiene uno de los calendario más accesibles.

El Valencia, el séptimo ahora, es el que teóricamente lo mejor lo tiene para quedarse como está y el que depende de sí mismo si es capaz de mantener su renta con el resto, ya que debe mantener una regularidad mínima, con permiso de sus rivales más directos. Por eso, el partido del lunes en El Sadar con Osasuna y el de la siguiente jornada con el Betis en su particular calendario tienen todavía más trascendencia.

Al final de temporada habrá que ver cómo influyen los golaverages entre los implicados en el caso de posibles empates. Empieza la Liga.