Bryan Zaragoza, el último fichaje de Osasuna, realizó ayer el primer entrenamiento con su nuevo equipo. El atacante malagueño se ejercitó con el grupo de jugadores que tuvo menos minutos en el último amistoso contra el Alavés del pasado sábado (1-2) y, como manda el estilo del nuevo entrenador, lo hizo en una sesión de alta intensidad, sin concesiones ni siquiera por las duras condiciones meteorológicas.

El futbolista tuvo que padecer los rigores de un entrenamiento que a las 10.00 horas se desarrollaba ya a 27 grados de temperatura y que, hora y media después, terminó a 29. El riego del campo de entrenamiento tuvo que trabajar en varias ocasiones. Los jugadores realizaron ejercicios de activación, acciones de presión y la sesión concluyó con un partidillo en medio campo. Bryan Zaragoza enseñó alguna de sus cualidades principales, como la facilidad para el desborde con espacio en el uno contra uno. El delantero rojillo comenzó muy pronto la pretemporada con algunos jugadores del Bayern –para el 2 de julio ya estaba entrenándose en Munich–, y en principio debe tener suficientes entrenamientos encima como para contar para el entrenador. Otra cosa es el conocimiento del nuevo grupo y el ritmo, ya que no ha participado en partidos de pretemporada.

Kike Barja, por su parte, continuó con su recuperación de la intervención de la rodilla.

La plantilla de Osasuna guarda hoy jornada de descanso y mañana regresa a los entrenamientos encarando la recta final de la preparación del primer partido de Liga, el del sábado en El Sadar frente al Leganés (19.00). Para la sesión del martes está previsto que se incorpore Aimar Oroz, uno de los chicos de oro de los Juegos, un futbolista que incluso estará a un nivel de rodaje superior que el resto de sus compañeros porque viene de competir en encuentros a máximo nivel. l