Osasuna busca una sorpresa en Barcelona

Nadie, tampoco jugadores y técnicos, se llevan sorpresa alguna en encuentros de estas características, frente a rivales gigantescos, porque ya se sabe que debe salir todo perfecto –la reunión de una gran actuación y del viento favorable de la fortuna– para lograr un buen resultado. Osasuna afronta ante el Barcelona la visita más exigente de lo que le queda de temporada porque va al campo del líder, un equipo además al que se le caen los goles, que cuenta con una plantilla larga y de calidad y que desprende un vigor incuestionable por la reunión de esa tropa de niños insolentes alrededor de este paternal Hansi Flick, que parece que le ha quitado la tontería al Barça y lo ha puesto a competir, sin ninguna narrativa anterior como lastre. 

Osasuna debe hacer un partido sobresaliente para contener lo que se le va a venir encima y, si es capaz de generar alguna oportunidad –esta faceta últimamente está muy cara– aprovecharla. Es decir, la receta de todos los encuentros pero intensificada por la exigencia que va a poner el rival en cada acción.

Después del decepcionante empate en El Sadar con el Valencia (3-3), a Osasuna se le han esfumado una considerable parte de sus opciones de luchar de forma racional por una plaza europea y, el caso de no puntuar ante el Barcelona, el objetivo de la temporada quedará dirigido exclusivamente hacia la permanencia. Un éxito siempre es continuar en Primera, cosa que ya sabe de sobra el aficionado y el osasunismo cabal, pero pintado de decepción porque sería cerrar los ojos ante la realidad de este curso en el que meterse en la zona de honor de la Liga ha estado más barato y que, ante este reto, el equipo no está respondiendo. La racha de una victoria en catorce partidos congela cualquier ilusión. Es la radiografía de esta temporada en la que Osasuna –que como visitante solo suma una victoria– está dejando tibio al hincha.

Una baja importante

Osasuna cuenta con una baja muy importante, la de Aimar Oroz, futbolista que se encuentra en forma, ofrece soluciones con el balón y genera acciones de desequilibrio. Sin Aimar, sancionado en Vigo (1-0), Vicente Moreno cambió de dibujo a partir de una defensa de cinco jugadores variando también la propuesta en ataque. El poderío del Barcelona incita al recogimiento, y aunque el técnico no lo concretó en la conferencia de prensa previa al partido, la apuesta defensiva condicionará el resto. Budimir ya sabe que esta noche probablemente toca el papel de llanero solitario. Partitura en la que cabe por igual la heroicidad y la desesperación.

Flick sí ha anunciado que le tocará descansar a algunos jugadores tras el esfuerzo ante el Benfica. Habrá una pareja de centrales nueva –Cubarsí y Eric García– y con Dani Olmo se anuncian Casadó y Gavi en el centro del campo. Menos probable es que los depredadores del ataque, Lewandowski, Raphinha y el imparable Lamine Yamal tengan fiesta. De todo puede haber.