En 1907 la plaza de Santo Domingo estaba presidida por la fachada posterior de la Casa Consistorial, que al parecer era un edificio construido con buena sillería, aunque los vanos abiertos por este lado estaban más marcados por el utilitarismo que por la monumentalidad, e incluía, como elemento más visible, una galería o mirador acristalado.
Tradicionalmente la Casa Consistorial pamplonesa había estado rodeada de espacios dedicados a la venta pública de comestibles, como por ejemplo la plaza de la Fruta (actual plaza Consistorial), el mercado propiamente dicho, situado en el mismo lugar que el actual, y el llamado Almudí o almacén de granos, que antiguamente ocupaba la mayor parte de la plaza que vemos en la imagen. En el año 1875 un voraz incendio destruyó el viejo mercado, y esto provocó una serie de cambios en cadena, que alterarían profundamente la fisonomía y la función del lugar. El primero de ellos fue la urgente edificación de un nuevo mercado, inaugurado dos años después, en 1877, con diseño a cargo del arquitecto José María Villanueva. Ese mismo año se derribó el Almudí, y la vieja fuente adosada se trasladó a la calle Descalzos, donde todavía hoy se encuentra. Para adornar esta nueva plazoleta, surgida por el derribo del almacén de granos, se instaló en su centro una fuente nueva, construida en hierro colado, que es la que vemos en la fotografía.
Hoy en día este espacio urbano de la vieja Iruñea permanece en un estado que permite su rápida identificación, a pesar de haber transcurrido más de un siglo. En el año 1952 fue derribada la Casa Consistorial de Pamplona, conservándose únicamente su fachada principal, y acto seguido se levantó el actual edificio, cuya fachada posterior sigue los parámetros de la arquitectura de mediados de siglo, con cierto aire de severo conderodeznismo. En este momento fue también cuando se retiró la fuente de hierro de la foto antigua, que fue llevada a la cercana plaza de San José, donde aún se encuentra.
El nuevo consistorio se diseñó con una planta algo más alargada que en el antiguo plano, con lo que su fachada posterior se desplazó unos cuantos metros. De esta manera quedó parcialmente oculta a la vista la portada del Mercado de Santo Domingo, ganando metros útiles pero dando a la plazoleta una solución visualmente muy poco satisfactoria. Este mercado sería totalmente renovado en 1986, momento en el que se introdujeron algunos cambios en su fachada, apreciables en la fotografía moderna, encaminados a simplificar ligeramente su decoración y a darle mayor policromía, aunque manteniendo los elementos más relevantes, como la doble puerta, que facilita el tránsito de los clientes en ambas direcciones, así como el frontón dotado de ventana termal y rematado por una acrotera con escudo heráldico.