El sonido de las gaitas tocando diana corta el silencio que reina en la calle Descalzos. Son las 10 horas y, oficialmente, ha comenzado el día del Casco Viejo de Pamplona. Poco a poco, ayudada por las gaitas del grupo Haizaldi, la vieja Iruña va despertando. En la plaza del Ayuntamiento un grupo de aficionados al Tai Chi Chuan comienza el día practicando las posturas milenarias propias de esta disciplina, mientras en San Francisco la Corporación Txiki y los dantzaris se preparan para dar la bienvenida a las fiestas.
Varios minutos después, el sonido de los cencerros de los joaldunak invade la calle Aldapa alertando de su presencia, mientras grandes y pequeños los escoltan. Al mismo tiempo, en la calle Jarauta se prepara una guindillada. Y, ya fuese por que lo habían leído en el programa de fiestas o atraídos por el olor, un nutrido grupo de gente empezó a reunirse justo delante del bar Motobomba, el punto de encuentro. A las 11.30 horas, los trikitilaris de Auzonea salieron a la calle, decididos a animar la fiesta con sus acordeones.
La Comparsa de Gigantes y Cabezudos del Casco Viejo tampoco quiso faltar a esta cita tan especial y emprendieron la marcha desde la plaza de San Francisco. Aunque la mayor parte de los txikis miraba a los gigantes con admiración, también hubo alguno al que le dieron algo de miedo y no dudó en esconderse tras las piernas de sus padres. La marcha la encabezaban los kilikis, que cada poco rato, salían corriendo detrás de algún chiquillo, sorteando como podían a público, viandantes y turistas.
Al acabar la kalejira, giganteros y espectadores repusieron fuerzas con una chistorrada en la misma plaza de la que habían salido. Además, los txikis disfrutaron de los hinchables, un pintacaras y numerosos juegos de habilidad como encontrar los animales escondidos en el bosque, “di el color y no la palabra” o resuelve el laberinto. “He estado saltando en los hinchables con mi hermano y, ahora, me voy a pintar la cara de princesa”, aseguró Lorea, de 5 años. “Y yo de Spiderman”, apostilló su hermano Jokin, de 4 años.
“A mí me gustan mucho los superhéroes”, explicó Oier, de 4 años, que, a pesar de que tenía muy clara la temática del diseño, aún no tenía claro por que superhéroe decantarse. A su lado, esperando con paciencia su turno, estaba Alaitz. “Yo quiero una mariposa”, apuntó con convencimiento esta chiquilla de 4 años que, momentos antes, estuvo saltando en los hinchables y tratando de resolver los juegos.
Al otro lado de la plaza, en el lugar opuesto al pintacaras, los puestos de artesanía y una improvisada barra de bar, los miembros de la Asociación del Pequeño Comercio de Navarra repartían pintxos de txistorra. “Esta es nuestra forma de colaborar con el día del barrio y, además, reivindicar el pequeño comercio”, señaló Conchi González Martínez, miembro de esta asociación de comerciantes. “Además, estamos reivindicando una medida que se ha propuesto a raíz del problema con el ruido en el Casco Viejo y que consiste en poner un horario en las tiendas. La forma de evitar este problema, que es real, no es poner horarios a las tiendas, sino a los bares. Con esta medida, lo que se consigue es perjudicar al pequeño comercio”, denunció González, que confesó que “hay algunos comercios, sobre todo unos en los que se venden porciones de pizzas o comida caliente, que van a tener que cerrar”.
La nota musical de la mañana la pusieron la Gazte Txaranga, que ambientó la calle San Lorenzo, y el grupo Iruñean Kantuz, que cantó en la plaza San Nicolás. Además, al mediodía se celebró una comida popular en la calle Tejería, otra en Calderería y un calderete en Santa Ana.
50
Los vecinos y vecinas del Casco Viejo celebraron por todo lo alto su día grande con 50 actividades repartidas en 23 calles. Así, ya fuese en una u otra calle, la juerga se extendió durante 13 horas; desde las 10 horas, cuando los gaiteros del grupo Haizaldi tocaron diana en la calle Descalzos avisando del comienzo de la fiesta, hasta las 23 horas cuando el DJ Singermorning hizo bailar a todo el que se acercó a la calle Aldapa. Además, con motivo de la fiesta, el Museo de Navarra tuvo entrada gratuita durante el día de ayer y se organizaron dos visitas guiadas; al Palacio Guendulain y al tesoro de San Fermín.