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La Iruña más gitana

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La Iruña más gitanaMIKEL SAIZ

Pamplona - “De Pamplona de toda la vida”. Así es el colectivo gitano que, instaurado en la ciudad desde el siglo XV, continúa siendo “el gran desconocido”. Por ello, la Federación de Asociaciones Gitanas de Navarra GazKalo, el Centro Integrado Escuela de Educadores y el Centro Cultural Flamenco La Casa de Sabicas han programado las visitas turísticas PamplonaIruñeaKalí. “Lo hemos planteado como un proyecto de ciudad y realidad. Es muy importante para nosotros”, sentenció Ricardo Hernández, coordinador de GazKalo. La idea se puso en marcha en la Escuela de Educadores como proyecto de unas alumnas: “Cuando lo presentaron, a una de las profesoras le pareció una buena idea y nos propuso llevarla a cabo. No dudamos en aceptar”, relataron Ainara Romero y Natalia Jiménez, alumnas gitanas de los grados superiores de Animación Sociocultural y Turística e Integración Social.

Con el objetivo de dar a conocer el pueblo gitano, el recorrido pasará por la calle Jarauta, la plaza del Ayuntamiento, las calles Mañueta y de la Merced, el frontón JitoAlai y La Casa de Sabicas. Ellos destacan las calles Jarauta, Mañueta y de la Merced como los puntos más destacados de la ruta. San Cernin y Navarrería han sido los dos Burgos que han acogido a las familias gitanas desde que llegaron poco más tarde de 1423, año en el que se firmó el Privilegio de la Unión; pero, sin duda, la calle Jarauta es la calle gitana por excelencia. “En la década de los 80 éramos 200 los gitanos que vivíamos aquí”, relató Hernández. “Además, algunas de las familias que llegaron en el siglo XV continúan hoy aquí”, añadió.

Por otro lado, la calle Mañueta es “muy especial” para ellos. En el número 7 nació Agustín Castellón Campos, el tío Sabas o el “gitano navarro más universal”. Fue un 16 de marzo de 1912, motivo por el que la presentación de la ruta PamplonaIruñeaKalí y el primer ensayo se realizó ayer. “El tío Sabas o Sabicas fue una de los artistas que más aportó al flamenco. Tocó la guitarra desde pequeño y fue quien la movió del segundo plano en el que estaba”, explicó el coordinador. Junto a la bailaora Carmen Amaya, dieron un impulso a este estilo musical en la posguerra. El itinerario tampoco puede entenderse sin sus anécdotas: “Cuando Agustín Castellón Campos era pequeño, iba con su madre a comprar al Mercado. Siempre salía de allá con una bolsa de habas. Le llamaban el niño de las habicas, y de ahí viene su mote”.

La comunidad gitana no puede entenderse sin las mujeres. De hecho, su siguiente parada, en la calle de la Merced, es un homenaje a ellas. Allá vivió Camino Jiménez, quien entre los años 40 y 70, sobre todo, del siglo XX fue toda una institución en Pamplona y Navarra: ayudó a muchas familias gitanas a mejorar sus condiciones de vida, siendo una mujer respetada no solo por los vecinos y vecinas, sino también por las instituciones públicas. “Cuando ella hablaba, nadie levantaba la voz, ni siquiera el patriarca. Hizo una gran labor de defensa de los derechos de los ciudadanos y de lucha por cubrir sus necesidades. Gracias a esto, llegó incluso a viajar al Vaticano para visitar al Papa”, manifestaron.

Como “buenos pamplonicas”, llevan a San Fermín en la sangre; y como “buenos gitanos”, cuando hacen algo una vez, lo convierten en tradición. El encierro es una de ellas. “Todos los días hay representación gitana. De hecho, vienen amigos y familiares de otras comunidades para correr. Esa adrenalina no puede contarse, solo sentirse”, expresó Ricardo. Durante el siglo XIX, otro de los gitanos más célebres, Javier Echeverría el Chunchunero hizo bailar a la Comparsa de Gigantes con su txistu y tamboril.

alternativa e inclusiva Como signo distintivo, una bandera gitana encabeza la visita. Formada por una rueda roja sobre un fondo azul y verde, simboliza el caminar gitano en la tierra bajo el cielo, su techo.

PamplonaIruñeaKalí es una propuesta de turismo alternativo e inclusivo. Para Ainara, Natalia y el resto de la comunidad gitana, su cultura no ha estado presente en la oferta de la ciudad, a pesar de que hay rincones y calles que tienen historias “muy interesantes” que contar sobre la Pamplona Kalí: “Esta historia tiene que ser superada. Nosotras nunca hemos oído hablar de ella. Ni en el cole ni en el instituto”.

Ambas sueñan con que los niños lleguen a incluir a los gitanos en el imaginario colectivo: “La aportación de nuestro pueblo a la ciudad es ineludible. Sin embargo, la imagen sobre los gitanos tiene una sobrecarga de prejuicios y estereotipos que hay que eliminar”.