pamplona - Huele a pintura y barniz y se respiran también los nervios previos a un estreno. Los 900 metros cuadrados que conforman la zona de taquillas y cafetería de la antigua estación de autobuses de Pamplona se convertirán a partir de mañana en Geltoki Iruña, “un centro cultural para la difusión de la economía solidaria, la soberanía alimentaria y la cultura alternativa”, explica Katrin Ginea, una de las 10 cooperativistas que ultima los detalles de un proyecto que comenzó a fraguarse hace siete años, cuando REAS Navarra se fijó en este espacio abandonado para difundir las bondades de la economía solidaria.

El actual equipo de Gobierno municipal recogió el guante y, licitación mediante, REAS, Traperos de Emaús, el Consejo de Producción Agraria Ecológica de Navarra, EHNE Nafarroa y la Asociación de Elaboradores de Alimentos Artesanos, “con el respaldo de muchas entidades colaboradoras, porque aquí hay mucha base social”, añade Katrin, se lanzaron a conquistar este emblemático punto en el centro de la ciudad.

Para Lander Martínez, otro de los cooperativistas que gestiona el proyecto, se trata de “un lugar de encuentro y de referencia”, que a partir de ya tendrá que nutrirse de las aportaciones del personal, “ciudadanos y colectivos que llenen esto de sentido, porque Geltoki pretende ser un contenedor de alternativas”, expresa. “Nació por esa necesidad de entidades y personas de contar con un espacio, ya que sin ellas esto no tiene razón de ser”, concreta Katrin.

tres áreas específicas Geltoki se estructura sobre tres pilares diferenciados; el área de restauración, el mercado social y, “la más importante”, el área cultural. “Tendremos espacios fijos, como dos puntos de lectura, uno para niños y niñas y otro para personas adultas, bibliotecas libres que vamos a dotar con el material que nos cede el área de Participación Ciudadana. Esa será una zona fija en la que también se harán actividades como cuentacuentos, etc”, recalca Katrin, mientras que Hilargi Sánchez apunta que aquí no vale cualquier libro: “tienen que trabajar las emociones y los valores”.

El resto de taquillas -son un total de 18- y el espacio central servirán para actividades de todo tipo: charlas, exposiciones, bailes, catas, proyecciones, talleres o teatro. “Haremos de todo. Será un punto de libre expresión, y todas las propuestas que traiga la gente serán bienvenidas”, dice Lander sobre “una programación que va a ser potente y continua”. Algunas actividades se repetirán con cierta periodicidad, como los puntos donde la banca ética o asociaciones de energía sostenible se darán a conocer, y otras tendrán carácter puntual.

Además, para completar la oferta cultural una ludoteca temática trabajará las propias campañas que genere Geltoki, por ejemplo con talleres infantiles enfocados al reciclaje en una semana dedicada a la materia.

puntos para la venta El mercado social dispondrá de dos espacios para la venta, uno de alimentación “siempre con productos locales, de kilómetro cero, ecológicos y de comercio justo”, y una tienda de artesanía y de segunda mano de reutilización y reciclaje. “La parte de artesanía pretende ser un espacio para que los pequeños artesanos de textil, calzado o bisutería puedan tener un sitio donde se visibilice su trabajo, su nombre y su marca. Y con los productos de alimentación más de lo mismo, queremos que tengan nombre y apellidos y se conozca de dónde vienen. Y a ser posible mediante la venta directa de los productores, sin intermediarios”, concreta Lander.

Esa misma fórmula se empleará en el bar restaurante. Tanto los pinchos como el menú seguirán el criterio de producto de temporada y ecológico porque “lo que queremos es crear cultura en torno a la alimentación, y nuestra labor será explicar a la gente de dónde viene el producto que está consumiendo, resume Katrin, y añade que tanto el mercado social como la zona de restauración “sustentan el proyecto económicamente, nos da la opción de llegar a la gente para decir que tenemos alternativas”.

Remarcan además que el ánimo de lucro no tiene cabida en la antigua estación de autobuses. “Esto no es una máquina de hacer dinero, y todo lo que se genere se reinvertirá en el propio proyecto, en el área cultural o en la contratación de nuevos cooperativistas o empleados, especialmente personas en riesgo de exclusión social o con problemas de acceso a la vida laboral”, argumenta Lander.

acto inaugural Geltoki abre mañana el telón sin necesidad de madrugar (11.45 horas), en un acto en el que se irán descubriendo los distintos espacios en compañía de bertsolaris y poetas, dejando la zona de restauración para el final.

Una vez allí, tocará brindar por el estreno y disfrutar de un lunch didáctico en el que “antes de que la gente se lance a por la comida se les explicará qué es lo que van a comer”, dice Lander. Después se abrirá la zona de juegos para los más pequeños, con pintacaras, artistas pintando en directo, un microteatro a las 13.30 horas... y así hasta la clausura de la jornada, prevista para las 15.00 horas.

Superado el estreno, el lunes Geltoki comenzará la que será su actividad habitual desde las 7.30 hasta las 22.00 horas (lunes, martes y miércoles), mientras que jueves, viernes y sábado cerrará en torno a la media noche porque también se ofrece servicio de cenas.

“Todos nosotros hemos cogido el proyecto como propio y estamos dando el 200%”, expresa Katrin de cara al estreno. “Esto ha salido adelante por las ganas y motivación de todo el mundo”, añade Hilargi para finalizar.