Pamplona - Un informe del grupo técnico de movilidad del Ayuntamiento de Pamplona desestima de forma rotunda volver a restituir el tráfico privado que hace un año había en la calle Padre Moret, ni totalmente ni parcial (con tarjetas de acceso), por el colapso que generaría en la red, con retenciones que podrían llegar, y en el mejor de los casos, hasta la avenida de Guipúzcoa, y, porque, además, ralentizaría la velocidad del transporte público en 3 y 6 km/h (en la actualidad es de 13,5 km/h), por lo que se considera “inaceptable”.

La implantación del Plan de Amabilización del Ensanche hace un año (el 4 de septiembre de 2017), que tenía como objetivo “reducir el elevado tránsito de vehículos por el centro de la ciudad”, en favor del peatón, la villavesa y la bicicleta, supuso la limitación de la circulación en calles como Navas de Tolosa, José Alonso y Padre Moret, reduciendo el espacio destinado al coche, eliminando carriles de circulación, generando vías ciclistas y ampliando el espacio de acera.

Sin embargo, dada la transcendencia que tuvo la medida, y que conllevó incluso quejas de algunos grupos de comerciantes, el área de Seguridad Ciudadana “ha creído oportuno analizar el efecto que tendría en toda la zona de afección del plan la reincorporación de vehículos a estas vías”. La simulación de tráfico realizada comprendía no sólo estas calles, sino una amplia zona más allá del I Ensanche, “extendiéndose desde la avenida de Guipúzcoa o cuesta de la Reina hasta la Vuelta del Castillo, avenida de Zaragoza y plaza de Merindades”. En total, 17 kilómetros de vías y 100 intersecciones”.

La simulación tenía como “punto de partida” la situación actual de tráfico, y, a continuación, a través de los sistemas virtuales con que cuenta del grupo de movilidad, “se crean los escenarios hipotéticos”, las situaciones que se desea representar virtualmente. En concreto, se buscaba conocer qué efectos originaría en la red “incrementar el volumen de tráfico que accede a las calles Yanguas y Miranda desde José Alonso y Padre Moret.

Hay que tener en cuenta que el aforo actual de Padre Moret es de 164 vehículos/hora en la hora punta de las 8 de la mañana, mientras que el aforo anterior a septiembre era de 1.140 vehículos/hora, lo que “supone prácticamente una reducción de 1.000 vehículos a la hora”.

El estudio ha simulado un escenario de incremento de 400 vehículos/hora, entendiendo esta suma como el tope de más que podría asumir la vía. “El escenario +400 arroja longitudes de cola superiores a los 300 metros”, es decir, “la retención de tráfico alcanzaría desde Yanguas y Miranda hasta la rotonda del Tres Reyes y la avenida de Guipúzcoa”.

VOLVER A 2017, IMPENSABLE Esto con un incremento de 400 vehículos/h, pero si se volviera a la situación de 2017, es decir si se restituyera el tráfico que había entonces, con 1.000 coches más hora en Padre Moret, la simulación arroja “un colapso completo de la red que no permite siquiera obtener datos de la misma”. El informe añade que “cualquier incremento en el volumen de tráfico” origina además un descenso en la velocidad del transporte público. Con un escenario +400, se daría un descenso, según líneas, de entre 3 y 6 km/h. “Teniendo en cuenta que la velocidad comercial es de 13,5 km/h estos descensos se consideran inaceptables”.

Incremento en la longitud de cola. Si se aumentara en la mitad de los vehículos de antes (+400 vehículos/hora) Padre Moret, ya se formarían retenciones hasta la avenida de Guipúzcoa.

Reducción de la velocidad media de la villavesa.

Reduciría las condiciones de calidad ambiental de la zona centro. Desde el punto de vista de contaminación y nivel de ruido.

Se limitaría la capacidad de la red en situaciones especiales. No podría asumir el tráfico en días especiales como Navidad.

Tampoco un incremento de tráfico parcial (tipo tarjeta Casco Viejo) es viable. Un incremento parcial resulta “enormemente complicado”, y sería “imposible su control”, puesto que “un sistema de accesos similar al implantado en el Casco Viejo es desproporcionado para un tramo de 300 metros de vía”.

Impediría que a futuro se acometieran mejoras. Ya solicitadas como la transformación hacia una vía más residencial, la creación de un carril bici que conecte por ahí Labrit y Pío XII, o implantar la red troncal que plantea el PMUS.