Natalia Biurrun
Navarra es tierra de grandes vinos, con una exquisita tradición vinícola bajo las Denominaciones de Origen Navarra y Rioja. En Olite se puede visitar el Museo del Vino y de la Viña de Navarra, donde se puede conocer la historia y la evolución de esta tradición de más de 20 siglos de historia.
Los vinos y los productos de Navarra, además de ser de calidad, son grandes creadores de emociones. La mejor manera de disfrutarlos y de definir la identidad gastronómica de la región es mediante un maridaje, ya que invita al comensal a viajar a los diferentes paisajes de la Comunidad.
Los maridajes culinarios revelan todo el potencial de los productos locales. Por ejemplo, el gusto recio de los quesos del Roncal puede ser contrapesado con un vino tinto afrutado, creando así un equilibrio perfecto con el sabor amermelado de este vino.
Los rosados se pueden asociar a cualquier tipo de alimento, sobre todo con entrantes y aperitivos, pero sus mejores aliados son las verduras como las alcachofas, los espárragos o los pimientos del Piquillo. Sin embargo, el cardo se deja sorprender con cualquier vino en función de los ingredientes con los que se elabore el plato.
Por su parte, los blancos son fieles compañeros de los pescados, aunque maridan a la perfección con quesos de cabra y de vaca con texturas blandas o quesos de mezcla tiernos, así como con el sabor intenso del queso de Idiazabal. Asimismo, combinan muy bien con carnes de ave como, por ejemplo, el pollo. En cualquier caso, el maridaje dependerá en gran medida de la salsa, en el supuesto de que sea guisado o con guarnición.
En el caso del maridaje del cordero al horno o del maridaje del gorrín, los tintos jóvenes y afrutados pueden ser una buena elección. También son perfectos para acompañar a platos de pasta aderezada con salsas fuertes de tomate y especias.
Por otro lado, los vinos de crianzas y reservas son buenos acompañantes de la carne roja, como puede ser un chuletón o un solomillo de buey, quesos muy curados y charcutería. Son tintos fuertes, potentes con un aroma y sabor concentrados que maridan a la perfección con este tipo de carnes.
Finalmente, los postres como los canutillos rellenos de crema o la leche frita se alían a la perfección con los blancos de uva moscatel de grano menudo, porque realzan el dulzor de la repostería. Además, los vinos semisecos o semidulces casan muy bien con foie o con aperitivos.
En definitiva, probar los vinos maridados con la cocina de Navarra es experimentar el territorio en sí mismo.