Sin perder la esencia de un espacio centenario, hortícola y de uso público, el parque Txantrea Sur está cada vez más cerca de hacerse realidad. El pasado día 10 salieron a licitación las obras del parque y de la urbanización contemplada anexa a él, por un total de 12,9 millones de euros.

Del proyecto, elaborado conjuntamente por los estudios MID Estudio y RUE Arquitectos, ahora se llevará a cabo la primera fase que abarca desde el puente de la Magdalena hasta el entorno de la iglesia de Santiago (junto al tanque de tormentas) que suponen 31.089m2 , de un total de 101.628. Esta primera fase que incorpora el parque de Irubide se centra en el entorno del convento de las Hijas de San José, nada más cruzar el puente.

Una de las patas que sostiene el proyecto es "mantener la memoria del espacio y del recinto", explican los arquitectos de MID, David Serrano y Maider Vélez. De la finca de cultivo anexa al convento el parque adquiere una mitad. Una parte se poblará con especies diversas de arbustos (cornejos, pacharanes, mirto, vuburno o avellanos), y otra con árboles frutales. Entre todas ellas, aparecerá una nueva conexión peatonal que prolongará la calle Mendigorria hasta el propio puente. "Nos dimos cuenta que el acceso hacía como una especie de tapón y que, prolongando la calle, se conseguía la conexión directa del barrio y el Casco Viejo", expresan Vélez y Serrano. El lienzo del muro que hoy delimita el convento de las Josefinas se abrirá por varias mechas al resto del parque facilitando el acceso, y la mitad del terreno que seguirá perteneciendo al convento marcará la distancia entre el espacio religioso y el público. "Desde el concurso se propuso mantener parte de los lienzos del muro para preservar la memoria de lo que era un huerto", expresa Serrano respecto a uno de los ejes de actuación paisajística del terreno que la orden religiosa podrá seguir arrendando (la zona que conservan) a agricultores particulares.

ideas vecinales Los equipos que participaron en el concurso del parque Txantrea Sur desarrollaron su trabajo sobre las premisas obtenidas en el proceso de participación ciudadana llevado a cabo la pasada legislatura. A partir de ese momento, explican Vélez y Serrano, se recogieron nuevas propuestas vecinales. "Intentamos contentar a todo el mundo, quizá no todos salieron satisfechos al cien por cien pero la mayoría de vecinos pueden ver reflejadas sus ideas en este parque", expresa Vélez.

Las siguientes fases del parque plantean una mejora en los caminos, habilitándolos como salida de vehículos en caso de riadas, para las familias que residen en la Magdalena y a petición de los propios vecinos. También se contempla recuperar una pequeña regata en el otro extremo, donde se creará un pequeño humedal. El propio parque filtrará el agua de lluvia mediante sistemas de drenaje sostenible, devolviendo el agua al río y reduciendo carga a las depuradoras.

Otra de las aportaciones al parque, y que se llevará a cabo en próximas fases, es la creación del primer recinto de parkour de la capital navarra.

"Hubo un grupo de chavales de unos 14 años que estuvo muy activo en todas las sesiones. Gracias a ellos se ha incluido un espacio con módulos especiales para practicar parkour", pone en valor Vélez, mientras que Serrano destaca el potencial de este nuevo espacio acorde a las necesidades y normativas. "Nosotros no conocíamos este mundo y cuando elegimos los materiales, que tienen que estar homologados, nos ayudaron mucho, eligiendo cosas más sencillas y económicas para tener un buen número de puntos para hacer sus saltos", destacan los diseñadores.

nuevas viviendas El proyecto de urbanización de viviendas irá anexa a esta primera fase, con obras paralelas. Serrano y Vélez junto a RUE han participado como asesores del proyecto de las viviendas que contempla la construcción de más de 500 viviendas. Para los arquitectos, la clave residía en conectar la parte residencial con la natural, y para ello, "se van a crear una serie de plazas de coexistencia, en las que los coches tienen que subir al nivel de la plaza y circular a baja velocidad, porque es una zona peatonal". Entre los bloques de vivienda y el parque aparecerá una nueva calle que conecte el parque hasta la calle Magdalena. En uno de esos puntos en los que conectan plaza, calle y parque, Vélez y Serrano han planteado una masa rectangular de espacio arbolado que une los tres espacios, favoreciendo la imagen de pertenencia a un mismo lugar y obligando al vehículo a motor a reducir su velocidad. "La imagen de que el parque y la plaza pasan de un lado al otro y se dan la mano es importante", expone Vélez.

En la plaza de la iglesia de Santiago, la imagen se repetirá. El objetivo "es que ésta sea una calle 30 y vecinal", subrayan los dos arquitectos que resaltan el deseo del barrio de lograr un calmado del tráfico interior, que cuenta en el barrio proyectos estrella como el eje sostenible sobre las calle María Auxiliadora y su entorno, y el propio corredor del Labrit.