La torreta está. Sobre ella también pueden verse una estructura con forma de cruceta y un nido artificial. Pero falta el animal y ya es tarde para criar. “Por las fechas en las que estamos, imposible”, lamenta Daniel García, autor del blog avistadepajaros.wordpress.com. Este naturalista se refiere a las cigüeñas blancas (Ciconia ciconia) de la Magdalena, famosas por ostentar un récord latitudinal: era la pareja que criaba más al norte de toda Navarra, la única que lo hacía en Pamplona. Este año no habrá nido de cigüeña en la capital.

“Las cigüeñas continúan por la zona pero por desgracia (a pesar de que se veía venir) no han criado en el lugar, perdiendo así a la única pareja de la especie que teníamos en Pamplona”, añade García en su blog. Explica además que se ven, pero poco. Menos que otros años. “Desconozco si han hecho nido en otro lado o si este año no han criado. Es muy difícil de saber. Lo que sí está claro es que en la Magdalena no están anidando. Eso seguro”, dice con pena.

La pareja se asentó en 2011 sobre una torre de tendido eléctrico en una parcela municipal de la Magdalena. Iberdrola, previa autorización del Gobierno de Navarra, la retiró el pasado 21 de enero por el riesgo que suponía para una línea que consideraba “prioritaria”. La propia autorización de retirada aconsejaba la colocación de un poste artificial y una plataforma para que la pareja desalojada tuviera una alternativa donde anidar. Posteriormente Ayuntamiento y compañía energética firmaron un convenio de colaboración para colocar la nueva plataforma, nido incluido, en los alrededores del poste eléctrico.

Entre una y otra cosa, casi un mes después de la retirada del nido original -18 de febrero- se instaló el nuevo poste: madera de pino, unos ocho metros de altura y plataformas en forma de cruceta, con un asiento principal en lo alto y dos más por debajo. “Un reclamo y atractivo suficiente para que, más allá de la colocación del nido artificial, cualquier cigüeña pueda nidificar en alguna de esas plataformas”, decían desde el Consistorio en una nota de prensa. Pocos días más tarde, al comprobar que las cigüeñas no nidificaban, se colocaron sobre la plataforma superior restos de poda, ramaje y material vegetal a modo de nido. Pero el reclamo siguió sin funcionar.

Los estorninos, en una imagen de febrero, han sido los últimos en ocupar un poste eléctrico con pinchos donde hubo nido. Foto: Daniel García

“Nos movilizamos y conseguimos que se pusiera alternativa, pero las fechas tardías, y la mala ubicación, junto a un merendero y lugar habitual de paso, han hecho que aunque las cigüeñas probaran y se subieran al nido, no hayan estado de acuerdo con él… Se veía venir”, asegura Daniel respecto a la intervención planteada. “Quizá las conclusiones serían que estos pequeños detalles en realidad despiertan el interés de mucha gente que aprecia el entorno en el que vive, pasea, corre, o sencillamente observa la naturaleza. Al final resulta que mucha gente es sensible a dónde están los castores, dónde duermen los cormoranes, dónde están las ardillas de la Taconera o dónde nidifica la única pareja de cigüeña blanca de Pamplona. Las autoridades o empresas deben tener también esa sensibilidad y el respeto por ese interés”, argumenta por su parte Juan Dean, de la Sociedad de Ciencias Naturales Gorosti.En iruña desde los años 90

La pareja de cigüeñas de la Magdalena está documentada en Pamplona desde los años 90 -cuando muere un cónyuge, el otro busca nueva pareja, de manera que el nido se perpetúa en el tiempo-. Primero se instalaron en la iglesia de San Francisco Javier, de la que fueron desalojadas en 2010. Un año después, se instalaron en la torre eléctrica de la Magdalena, donde han permanecido una década.

“Las cosas se podían haber hecho mejor de haber mediado esa sensibilidad y ese respeto y haber contado con la gente que sabe. El nido se debería haber retirado en todo caso (¿realmente era necesario después de 10 años allí?) en octubre/noviembre, la plataforma o plataformas deberían haber sido mejores, y colocadas en mejor lugar. Al final se lo hicimos demasiado difícil a estas aves, que sí estuvieron por la zona bastantes días, hasta en pareja, y que llegaron a posarse en el nido montado. Durante semanas tuvieron una monitorización casi permanente. Pero era un nido bajo, mal colocado y con numerosas molestias. ¿Aprenderemos algo? De momento nos hemos quedado sin nido de cigüeñas en Pamplona después de décadas por una intervención poco adecuada”, finaliza Juan Dean.