Juan Félix lleva desde principios de la década de los 2000 vendiendo minerales decorativos y esotéricos en el Mercado Medieval de Pamplona. Este evento se inauguró el viernes y en él participan 70 tenderos. Rememora todos los años, el primer fin de semana de septiembre, el Privilegio de la Unión, tratado por el que los tres burgos principales que formaban la ciudad en la Edad Media se unieron mediante un documento firmado el 8 de septiembre de 1423 por el rey Carlos III el Noble.

“Este mercado es muy interesante, en él se vende bastante bien y la gente participa mucho”, opina el vendedor. Incluso durante la pandemia, por la cual el mercado no se pudo celebrar en 2020 y se tuvo que realizar con varias restricciones al año siguiente, “fue bastante bien porque la gente se implicó mucho, los que venían siguieron viniendo y compraban”. “En esta ocasión veníamos con un poquito de miedo y había mucha reticencia, pero la gente se volcó y al final la cosa fue bien”, relata.

Juan Félix atiende a clientes en su puesto de venta de minerales durante el Mercado Medieval en la Plaza del Castillo de Pamplona. Oskar Montero

Comercio justo

Luis González es miembro de la ONG SETEM Navarra-Nafarroa, la cual aprovecha este encuentro “para desplegar un puesto de Comercio Justo y así divulgar y dar a conocer los productos que se encuentran bajo esta categoría y el consumo responsable”. Ofertan productos “muy variados”, incluyendo “cafés, tés, chocolates, azúcar, artesanías, vasos de bambú y termos biodegradables”.

Especifica asimismo que “en 2021 se tomaron medidas sanitarias”. Entre ellas el evento se trasladó “de la Plaza del Castillo al Paseo Sarasate”, las distancias eran “más amplias” y hubo “control de aforos”.

En ese tiempo había “una situación de tensión”, pero Luis González cree que “no hubo problemas” y “no se tuvieron que tomar más medidas extraordinarias” que las mencionadas. “La clientela era consciente de lo que tenía que hacer, como ponerse mascarilla, limpiarse las manos antes de tocar los productos”, explica, añadiendo que “en cierto modo, esto fue para bien”, porque de esa manera “se aprendió a tener ciertos hábitos”.

De este modo el mercado se pudo celebrar y esto, en opinión de González, fue “un modo de demostrar a la ciudadanía que ante condiciones sociosanitarias difíciles es posible hacer cosas y promover el consumo local y el consumo responsable”. Él espera “que las ventas vayan tan bien como otros años” y “que la gente se anime, participe y disfrute”.

También confía en que las ventas “vayan como otros años o incluso mejor”. “Estamos todos deseando eventos donde disfrutar y ver que la situación de normalidad se ha producido”, argumenta. Por su parte, desde SETEM Navarra-Nafarroa continuarán “promocionando el Comercio Justo, el consumo responsable y los productos de cercanía”.

Textiles

Eduardo Miralles, de Logroño, expuso su puesto de “calcetines artesanos de lana y algodón”, que mueve de evento en evento “cada quince años en otoño e invierno, de septiembre a febrero”. Esta es “la octava o décima vez” en la que participan en el Mercado Medieval de Pamplona. Su objetivo es “mantener las ventas pre-covid”.

Dulces

María Jesús Cacho Hernández, de Tafalla, fabrica y vende “caramelos, piruletas y turrones” en un negocio en el que ha trabajado 40 años y que fue fundado por la abuela de su marido. Esta “se quedó viuda tras la guerra con ocho hijos y empezó a hacer repostería en casa y a venderla para salir adelante”. Durante la pandemia, María Jesús se quedó “en casa” porque “mercados y romerías fueron todos cancelados”, así que este año ha vuelto “con mucha ilusión” porque “todo se celebra ya con más normalidad”. Añade que “Pamplona es un sitio privilegiado” en el que se siente “como en casa” y donde “las personas conocen y compran el producto”.

Clientela

Elena y Gala se encontraron con el mercado y se animaron a dar una vuelta entre sus puestos . Se declararon “entretenidas” porque, además, afirmaron sentirse “interesadas por la cultura medieval. Andrés Olmedo se acercó también “a ver qué hay en las tiendas”. Mientras paseaba por el centro de la ciudad se dio cuenta de que “había mucho ambiente y música” y así descubrió el Mercado Medieval. Lo que más le interesa son “los puestos de comida, sobre todo dulces”.

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Día del Privilegio de la Unión Unai Beroiz