Un protocolo de prevención y actuación ante las agresiones sexistas y sexuales en los locales de ocio nocturno privado. Pamplona, de la mano entonces del área de Igualdad y de representantes del sector de la hostelería y las peñas de la capital, ya elaboró uno en 2019, en la legislatura pasada, pero llegó el equipo de Navarra Suma y lo dejó aparcado.

Ahora el Caso Dani Alves ha vuelto a dejar en evidencia que tener un protocolo claro y bien articulado frente a las agresiones sexuales y sexistas en un espacio de ocio nocturno privado “es muy útil para responder con agilidad y eficacia a las agresiones que se produzcan”. Porque, en ese caso, “gracias a que la discoteca donde se produjo la agresión disponía de protocolo se atendió a la víctima inmediatamente”.

Así lo recogen los grupos de la oposición de Pamplona EH Bildu, PSN y Geroa Bai en la declaración que este martes presentarán a la Comisión de Asuntos Ciudadanos del Ayuntamiento de Pamplona. Porque “si alguna conclusión podemos sacar de este caso es que un protocolo bien articulado en el ocio nocturno funciona y aporta garantías a las mujeres”. La declaración pone en valor que en 2019 se realizó una prueba piloto en varios establecimientos de hostelería de Pamplona, tarea que no tuvo continuidad por la pandemia. No obstante, la creación de este protocolo “ha sido incluida reiteradamente” en los Planes Operativos de Igualdad.

“Ya es hora de priorizar la implantación de protocolos contra las agresiones sexistas en el máximo número de locales de hostelería y ocio posibles”, sostienen los proponentes. “Es momento de pasar trabajar con el sector hostelero por garantizar la libertad de las mujeres en los espacios de ocio privado, y si esta se vulnera, por asegurar una atención rápida, profesional y eficaz”. La situación así lo requiere: en 2021, crecieron un 51,4% los delitos contra la libertad sexual en Pamplona respecto a 2019 (53 frente a 35), y un dato más: el 10% de los abusos ocurrieron en locales privados y un 5,5% de la agresiones sexuales.

El protocolo de 2019 fue editado en una guía donde se recogen las pautas a seguir en caso de agresión. Javier Bergasa

Un protocolo desde 2019

En 2019, bares del centro de Pamplona, como La Antigua Farmacia, el Terminal, el Zentral o la Herriko Taberna, formaron parte de un equipo de trabajo que desarrolló un protocolo de actuación, que, como reconoció recientemente la concejala de Igualdad Cristina Martínez, de Navarra Suma, a EFE, “estuvo en el Plan Operativo del área de Igualdad, pero llegó la pandemia y se paralizó todo”. Cuatro años después, sigue así, aunque “ahora lo hemos puesto como objetivo para 2023”, cosa harto difícil teniendo en cuenta que las elecciones municipales están a la vuelta de la esquina. 

Ante la inacción del Ayuntamiento de Pamplona desde 2019, bares como La Antigua Farmacia siguen manteniendo aquel protocolo de actuación contra las agresiones a las mujeres vigente. Natalia Ecay, propietaria del local, recuerda cómo “durante más de un año se elaboró este protocolo” de la mano del área de Igualdad, y con sesiones informativas y formativas en las que participaron los bares. “Tuvimos incluso reuniones con Policía Municipal porque la función era elaborar el protocolo de atención a la posible víctima, pero también en lo referente al agresor y cómo hay que actuar con él”, por ejemplo si hay que retenerle o no. Pero, sobre todo, “se trata de cuestiones muy sencillas, como hablar con la víctima, acompañarla y que ella decida. Porque en ese momento, se siente vulnerable y no sabe si quiere denunciar, si no...”.

“Ahora no es solo ocio nocturno; con el tardeo una agresión puede ocurrir a las 6 de la tarde”

NATALIA ECAY - Propietaria del bar La Antigua Farmacia

Aquel protocolo se firmó en 2019, pero después “lo pusimos solo en marcha los locales participantes”, e incluso “nuestra plantilla fue a hacer el cursillo”. En el caso de La Antigua Farmacia, Natalia Ecay es la personas “de referencia” en el caso de que ocurra alguna agresión sexista, aunque no ha habido situaciones graves: “Sí que babosos muchos, pero que sea algo más grave no”, dice y añade que, hoy en día, el ocio ya no solo es nocturno. “Con esto del tardeo, las agresiones ya pueden ocurrir a las 6 de la tarde”, por lo que, según sugiere, “este protocolo sería interesante extenderlo también a bares de día”.

Incluso, según recuerda esta hostelera, “se ha llegado a valorar que sea obligatorio contar con este protocolo para todos los locales de hostelería”. En este sentido, Ecay opina que aquel plan de 2019 se puede reactivar hoy, ajustando algunas cuestiones a la realidad actual: “Es cuestión de darle una vuelta. Está la ley del Sí es sí, por ejemplo”, indica y añade que “hoy en día, detrás de las barras estamos muchas mujeres y nos hemos empoderado bastante”, de tal manera que ya no se permiten comentarios e incluso comportamientos que antes eran habituales refiriéndose a las mujeres.

El cartel recuerda en los bares adheridos que en caso de agresión hay que dirigirse a la barra. Javier Bergasa

Más luz y seguridad en los locales

Nerea Sáez, socia propietaria del bar Terminal de Calderería, también participó en 2019 en las sesiones formativas. Para ofrecer más seguridad en el local, el Terminal llevó a cabo un plan de mejora: “Se quitó el cierre de la puerta del hall que va a los baños” y después se instaló “un tipo de luz a lo largo de toda la pared” de mayor intensidad. Los baños en sí cuentan con pestillos que, en caso de necesidad, se tiran con una patada. Y una cosa más: “Cada empleado sabe que si sale de la barra debe llevar el teléfono fijo encima”, para poder llamar en caso de alarma.

“En el Terminal hemos llevado a cabo un plan de medidas para mejorar la seguridad en los baños y dar más luz al bar”

NEREA SÁEZ - Propietaria del bar Terminal

Lo que “ocurrió con aquel protocolo es que no se continuó”, recuerda Nerea, y añade que fueron después asociaciones como Anapeh las que reactivaron la iniciativa, de tal manera que muchos bares del Casco Viejo exhiben las pegatinas anti agresiones sexistas. En el bar Terminal, según afirma esta hostelera, la presencia de mujeres en la barra también ha contribuido a disuadir de determinados comportamientos. “Hay un cambio a mejor en la actitud de la gente. Antes a las camareras que salíamos a recoger vasos te tocaban el culo, y eso casi ha desaparecido de raíz”, aunque siempre hay babosos. “Puntualmente, tres al año, por decir un número, hay casos en que tienes que sacar a alguien”, indica. “Vamos aprendiendo conforme van ocurriendo situaciones”, y la plantilla está “concienciada” y “antes de San Fermín nos juntamos para volver a recordar el protocolo antiagresiones”.