En 1979, la calle de Serafín Olave había comenzado ya a tomar forma, aunque faltaba mucho para que pudiera considerarse totalmente terminada y urbanizada. Vemos en la foto que en el extremo izquierdo sobreviven aún algunas de las casitas dotadas de huerta del antiguo barrio de Iturrama, aunque en la parte derecha han brotado como champiñones los modernos bloques de viviendas que pronto dominarían el paisaje. Maquinaria de construcción, vallas, tuberías a medio montar, montones de arena y grava y una acera bruscamente interrumpida nos anuncian que el proceso de transformación está en pleno apogeo.

La fotografía debió de ser obtenida por Eusebio Mina en un día de fiesta, pues la calle aparece vacía y carente de actividad, con tan solo dos vehículos aparcados en la acera de la izquierda. Según Vicente Albéniz, buen amigo y asesor automovilístico de primer orden, se trata de un Renault-10 y de un Ford Fiesta.

Calle de Serafín Olave, 2023

Hoy en día, la calle de Serafín Olave es una de las grandes arterias del barrio de Iturrama, con un comercio que pugna por mantenerse a flote y el Instituto de Iturrama ocupando el gran espacio de la izquierda. No obstante, si hubiéramos de señalar las dos mayores diferencias respecto de 1979, yo señalaría la proliferación de un frondoso arbolado y el espacio dominante concedido al automóvil. Una de cal y una de arena...

En cuanto al nombre de la calle, va dedicada a Serafín Olave Díez (1831-1884), militar y político, nacido en Sevilla pero de padre iruindarra y muy implicado en la política de Navarra. Presidió el Partido Republicano Democrático Federal, que pretendía convertir España en un estado federal, en el que Navarra sería uno de los estados, y al que podrían incorporarse las otras tres provincias vascas, las tierras de Ultrapuertos y hasta la Rioja. ¡Para rato le dedican hoy una calle al bueno de Serafín...!