¿Se imaginan que abren sus ventanas, salen al balcón y se topan, delante de sus narices, con un tejado? Txema García, vecino de la calle Monasterio de Ekoien, denuncia que el nuevo voladizo de la Escuela Infantil Donibane está a la misma altura de su balcón y a tan solo 175 centímetros de distancia.

Puede saltar hasta mi hijo”, asegura Txema, que exige al Ayuntamiento de Pamplona que modifique la reforma de ampliación del centro educativo que, tras un año cerrado, volverá a abrir sus puertas en el curso 2024-2025. 

El Ayuntamiento de Pamplona está reformando integralmente la Escuela Infantil Donibane para que las instalaciones se adecuen al Decreto Foral 28/2007 del Departamento de Educación del Gobierno de Navarra, que fija los requisitos legales que deben cumplir los centros educativos de 0 a 3 años.

El 2 de junio de 2023, el Consistorio adjudicó los trabajos a la empresa Guillén Obras y Proyectos S.L, que desde agosto reforma la escuela infantil.

La actuación, en la que se invertirá dos millones de euros, incluye la construcción de una nueva primera planta de 225 metros cuadrados donde se trasladarán las dependencias administrativas de menor uso.

Al pasar de una a dos alturas, el tejado de la escuela infantil se eleva unos metros y se sitúa casi a la par de los balcones de unos primeros pisos que son más bajos de lo habitual. Y aquí reside el problema. 

El proyecto inicial, firmado por los arquitectos municipales Fermín Ibarrola y Ana Suescun, ubicaba la escuela infantil a dos metros y 55 centímetros de la fachada del edificio y a 135 centímetros de los balcones del primer piso, que solo quedaban 30 centímetros por encima del tejado.

Un folio mide 30 centímetros. Pensaba que me estaban vacilando. Me enfadé mucho”, afirma Txema, que reclamó una reunión con Fermín Ibarrola. “Me dijo dos veces que él era el Ayuntamiento y que podía hacer lo que quisiera. Me molestó mucho su arrogancia”, critica Txema. 

Txema García critica que el nuevo voladizo de la Escuela Infantil Donibane. Unai Beroiz

La comunidad de vecinos no se rindió y contrató un abogado urbanista que les avisó de que la actuación del Consistorio era “totalmente ilegal” porque la distancia mínima entre edificio y edificio debe ser de al menos tres metros. Es decir, la escuela infantil debía retroceder, al menos, 45 centímetros.

Txema volvió a reunirse con el arquitecto municipal y el concejal del barrio de San Juan, Aitor Silgado, y consiguió que el Ayuntamiento retranqueara el proyecto 45 centímetros. De esta manera, la escuela infantil quedaba a tres metros exactos de la fachada y el tejado se alejaba hasta los 175 centímetros. “Es la distancia mínima que exige la normativa. Legalmente no les podemos reclamar ni exigir nada más”, indica. 

Aún así, los vecinos siguen criticando que el tejado se situará demasiado cerca de sus viviendas. “Esa distancia la salta hasta mi hijo. Una persona adulta se estira y llega a nuestro balcón. Nos han generado una situación de inseguridad que no teníamos”, insiste Txema.

A pesar de las constantes quejas, el Ayuntamiento se escuda en que el proyecto es legal y no modificará la reforma de la escuela infantil. “Se han limitado a cumplir la normativa. Les da igual que el tejado quede a 175 centímetros. Han pasado por alto la opinión de las personas que vivimos en el edificio”, subraya. 

Ante esta situación, Txema se plantea cerrar su balcón y así evitar que la gente salte a su casa desde lo alto de la escuela infantil. “Cualquiera puede trepar al tejado, saltar al balcón y entrar en mi casa. Hay muy poca distancia y me genera inseguridad. Al final, aquí vive mi familia y no duermes tranquilo”, confiesa Txema, que ya ha pedido presupuesto para que le cierren el balcón.

Me costará entre seis mil y diez mil euros que voy a tener que pagar de mi bolsillo”, lamenta. El Consistorio propone colocar cámaras de seguridad que vigilen estas viviendas, pero los vecinos quieren que el tejado de la escuela infantil se quede en su posición anterior “porque estaba por debajo de los balcones”, defienden. 

Txema García critica que el nuevo voladizo de la Escuela Infantil Donibane esté tan cerca de los balcones. Unai Beroiz

De jardín a parroquia

La parcela donde se sitúa la escuela infantil Donibane se iba a destinar, en un principio, a jardín. “Cuando nos mudamos a esta casa nos dijeron que se iba a poner una zona verde”, recuerda Mari Cruz, que lleva 50 años viviendo en este bloque de edificios.

El Ayuntamiento desechó esta opción y propuso construir una parroquia, pero el colegio Nuestra Señora del Huerto, situado justo enfrente, ya tenía su propia iglesia.

En los 70, el Consistorio se decantó por la escuela infantil. “Estaba a una distancia prudencial de las casas, no nos afectaba. Había un trocito de jardín e incluso plantaron dos hermosos sauces llorones de varios metros de altura”, relata Mari Cruz. 

A principios de los 2000, se realizó la primera ampliación y la escuela infantil se acercó a las viviendas. “Talaron los dos sauces, en la zona verde se levantó una edificación baja y pusieron la valla del centro a dos metros y medio de nuestra fachada”, se queja.

La actual ampliación cerca aún más el edificio y eleva el tejado a la altura de los balcones del primer piso. “Todos tenemos que contribuir para que la ciudad mejore, pero para beneficiar a unos no se puede fastidiar a otros. El Ayuntamiento debe tener en cuenta a todas las personas implicadas”, reflexiona Mari Cruz.