En 1968

Las antiguas casitas de la avenida de Pío XII, viejas, destartaladas y en su mayor parte abandonadas, se encontraban a punto ya de ser derribadas para dar paso al nuevo barrio de Donibane-San Juan, que se abría paso por todas partes.

Vemos, en primer plano, la manzana de casas que se adaptaba en curva a la antigua carretera, y delante las casetas de obra y los carteles promocionales que las empresas constructoras colocaban en los viejos solares. Ampliando mucho la imagen pueden leerse las señales de tráfico que se adivinan junto a la cuneta, y que rezan, respectivamente, “Estella”, “Logroño” y “Universidad”. Al fondo, por último, destaca descollante la nueva y flamante torre de Erroz, que se levanta sobre el viejo barrio como un anuncio de lo que se avecina. En las inmediaciones, aunque no salen en la foto, se encontraban otros hitos del viejo barrio, como los talleres de Astibia, el colegio de La Salle, etc.

Cruce de Pío XII y Vuelta del Castillo, 1968

Hoy en día

No hay edificios en el punto donde se levantaban las casas retratadas en 1968 por Eusebio Mina, y en su lugar se extienden los jardines del Civican. La antigua Carretera de Estella fue rebautizada en 1956, dedicándosela a la figura de Eugenio Pacelli, el papa Pío XII, figura sobre la que se ha escrito mucho, a propósito de la relación que mantuvo con los regímenes fascistas de Hitler y Mussolini.

En cuanto a la calle de la Vuelta del Castillo, su nombre hace alusión a la Ciudadela, que no en vano recibió antiguamente el nombre de “Castillo Nuevo”. Fue construida en el siglo XVI, tras la conquista española de Navarra, para proteger las fronteras del imperio, asegurar la conquista frente a los intentos de reconquista, y sujetar de paso a los propios navarros. Y es que los pueblos soberanos, a lo largo de la Historia, siempre han tenido la mala costumbre de sobrellevar mal las agresiones, y resistirse a ellas.