Lotería Autobuses: "Esto nos lo vendieron como que iba a ser un centro comercial. Y no lo es”

Los padres de Cristina Antoñana ya regentaban hace 56 años la Administración de Loterías de la antigua estación de autobuses, que saltó en 2007 a una nueva ubicación que tiene poco trajín. “La cafetería ha reabierto, pero hemos estado año y pico sin ella. La farmacia cerró, las revistas cerraron... Es una estación que hasta el otro día no tenía ni prensa, ni cafetería, ni cajeros para sacar dinero. Nada. Y con el transporte antes había más movimiento. Porque muchos autobuses paran donde los hospitales, con lo cual aquí ni llegan para dejar ni llegan para coger”, lamenta. 

Respecto a los orígenes de la actual estación y su galería comercial, recuerda que “empezamos con que todo aquello eran locales. No estaban todos abiertos, pero había varias cosas. Pero se fue vaciando todo. Esto nos lo vendieron como que iba a ser un centro comercial. Y no lo es”, asegura.

Ella con el negocio va tirando “hasta que dejemos de tirar. Y luego está el tema las goteras. Porque aquí pasa un gobierno, pasa otro gobierno, pasa otro gobierno... y nadie lo arregla”.

Antoñana considera que el horario del punto de información es limitado y a ella, que está en la entrada, le toca ejercer esa labor. Y ve positiva la reapertura de la cafetería. “Por lo menos das un servicio, es lo mínimo que hay en cualquier estación”. También lo tenía la antigua. “Decían que estaba en ruinas... y ahí sigue. No es que siga ahí, es que meten a niños. Es verdad que en aquel momento estaba muy mal, pero luego ya la remodelaron. Y ahora está tan mona”. Por eso opina que no hacía falta “semejante inversión” con la nueva.