Síguenos en redes sociales:

Adiós Pamplona

Casa Emeterio desde Sancho el Fuerte, hacia 1980

Nada queda de Casa Emeterio hoy en día, aunque las casas modernas certifican que nos encontramos ante el mismo paisaje urbano que a principios de los años 80

Casa Emeterio desde Sancho el Fuerte, hacia 1980

Hacia 1980

– El nuevo barrio de Iturrama estaba ya casi totalmente edificado, y los esfuerzos municipales se concentraban en dotarlo de una urbanización acorde a los criterios de la época. En la avenida de Sancho el Fuerte se habían construido modernos bloques de viviendas de diez o más pisos, en torno a placitas que esponjaban la trama urbana y la humanizaban un tanto. En el centro de una de aquellas placitas sobrevivía aún “Casa Emeterio”, una antigua taberna de barrio, regentada por dos hermanos, Agustina y Emeterio, y célebre por su “Campeonato Internacional de Rana”. Para cuando se obtuvo la foto la zona había sido ya profundamente transformada, habían desaparecido las huertas limitadas por setos, los caminitos arbolados, la magnífica higuera situada junto a la tasca, y el resto de las casitas, dejando Casa Emeterio aislada y descontextualizada, a la espera de la llegada de las excavadoras.

Hoy en día

– Nada queda de Casa Emeterio, aunque las casas modernas certifican que nos encontramos ante el mismo paisaje urbano retratado por Eusebio Mina a principios de los años 80. Los planes trazados bajo la alcaldía de Julián Balduz preveían conservar Casa Emeterio como edificio dotacional, pero la llegada de los gobiernos de UPN, carentes de sensibilidad, no solo trajeron consigo el derribo de aquella vieja tasca, sino que no dejaron en pie ¡ni una sola! de las antiguas casitas de la zona, como testimonio de lo que había sido el viejo Iturrama. En días de tórrido calor como el de hoy, hubiera estado bien poderse acercar hasta casa Emeterio, para tomarse una cerveza fresquita o un porrón de vino con gaseosa a la sombra de la frondosa higuera, probando aquel choricico picante que solía servir Agustina. En vez de eso, tan solo pervive allí un aparcamiento de coches, medio vacío y sin atisbo de sombra.

La calle, en agosto de 2025.