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Mariposas nocturnas: más de 300 especies en Pamplona

La Mancomunidad estudia cómo afecta el uso público del Parque Fluvial de la Comarca a la población de lepidópteros de noche | Actuaciones como colocar luminarias o eliminar arbustos alteran su presencia

Mariposas nocturnas: más de 300 especies en Pamplona

Mariposas nocturnas, comúnmente polillas. Se calcula que hay más de 300 especies diferentes en Pamplona y su Comarca, entre ellas, la Pequeña gitana, inconfundible por sus alas y su cuerpo rojizo. Pero ¿cómo altera su ciclo la intervención humana, por ejemplo, en el Parque Fluvial? La Mancomunidad de la Comarca de Pamplona ha encargado un estudio para analizar la presencia de lepidópteros nocturnos (mariposas y polillas) en varios puntos del Parque Fluvial. El objetivo es determinar la abundancia y diversidad de este orden de insectos en función del uso público en diferentes áreas del parque. Porque actuaciones, en principio, tan inofensivas, como colocar luminarias o eliminar setos, resultan determinantes para el desarrollo de unas especies de mariposas frente a otras. “Se podría decir que les estás robando espacios”, explica Roberto Simal, biólogo especialista.

‘Trampas’ de luz ultravioleta

El análisis de las mariposas nocturnas se está llevando a cabo de la mano de Roberto Simal y Ángel Herrero, ambos biólogos de la consultora ambiental BHS. En cada una de las cuatro estaciones del año se instalan puntos de muestreo en localizaciones del parque elegidas por sus diversos niveles de uso (sendas, áreas recreativas, playas...) y por la presencia o ausencia de luz artificial. Además, se colocan puntos de muestreo en áreas de control –fuera del parque y sin uso público– para asegurar que los cambios observados se deban realmente a las variables estudiadas y no a otros factores.

Las cajas de muestreo también son denominadas trampas de luz al estar dotadas de una luz ultravioleta que atrae a las mariposas nocturnas. Cada jornada de estudio se instalan al atardecer cuatro de ellas que quedan activas durante toda la noche. Cada trampa de luz está formada por un cubo de unos 40 cm de lado construido en goma EVA (etileno acetato de vinilo) cuya tapa superior tiene dos láminas de plástico transparente con una apertura para que accedan las mariposas. Sobre esa estructura, una luz ultravioleta orientada hacia arriba se encarga de atraer a los lepidópteros. La mayoría de las mariposas y polillas se sienten atraídas por esta luz, ya que la usan para comunicarse: muchas tienen en sus alas pigmentos que reflejan la luz UV de maneras específicas, creando patrones para encontrar pareja y alimentarse.

Una de las mariposas.

Junto a cada lado del cubo se colocan también cajas de huevos, ya que el material y la forma de estos cartones moldeados ayudan a que muchos lepidópteros se queden resguardados en las cavidades. Al amanecer, Roberto Simal y Ángel Herrero acuden a recoger las trampas para contar, determinar y fotografiar todas las especies capturadas, tras lo cual las mariposas son liberadas inmediatamente. “Solemos ir sobre las 6 de la mañana. Nos las encontramos tranquilas, incluso se apoyan sobre el lápiz y se dejan coger”, explica. Una a una son sacadas de la caja de luz y liberadas.

El plan de los biólogos es realizar cuatro sesiones de muestreo: una en primavera, dos en verano y una en otoño. Se descarta el invierno, ya que en esa estación no hay actividad de mariposas adultas al encontrarse aún en estado larvario.

Polilla del boj, numerosa

Aunque el estudio sigue en curso, las primeras sesiones de muestreo ya indican “una fuerte presencia de la mariposa del boj (Cydalima perspectalis)”, una especie invasora de Asia que se ha convertido en una plaga muy destructiva desde hace más de diez años para los bojes de Europa. El principal problema de esta especie no lo causa la mariposa en sí, sino su fase larval, es decir, las orugas, ya que son muy voraces y se alimentan de las hojas y la corteza de los bojes. Su acción puede causar una defoliación completa y masiva de la planta en muy poco tiempo, lo que debilita el arbusto y, en muchos casos, provoca su muerte.

Hay que precisar que en este estudio las especies que cobran mayor protagonismo son las más comunes y abundantes, ya que explican mucho mejor las potenciales diferencias entre las zonas con uso público y las áreas de control. No obstante, los biólogos se muestran expectantes ante la posibilidad de capturar algún ejemplar de mariposa isabelina (Graellsia isabellae) ya que las estaciones ubicadas al norte están en el borde de su área de distribución. 

Estudio de varios grupos faunísticos

Según detalla Roberto Simal, el estudio de los lepidópteros nocturnos se enmarca en un proyecto más amplio consistente en analizar si existen diferencias significativas en el uso del espacio de varios grupos faunísticos (murciélagos, avifauna, mamíferos…) en función de las diferentes intensidades de uso público en el Parque Fluvial de Pamplona. Cuando se concluyan los trabajos de campo de los diferentes estudios, se realizará el análisis de los resultados obtenidos para cada grupo faunístico y para la biodiversidad del parque en general.

El objetivo es conocer cómo las zonas de uso público “condicionan a los distintos usos faunísticos”, ya que “se trata de que podamos aunar el disfrute público, en este caso del Parque Fluvial, con la conservación de su biodiversidad”, es decir que las intervenciones sean lo más bandas posibles con la biodiversidad”. Porque solo el hecho de colocar luminarias o retirar los arbustos de una zona es “determinante” para las mariposas nocturnas. “Influye todo, desde el tipo de luz, la LED, por ejemplo”, pero también si “hay presencia o no de setos”, ya que “son plantas nutricias de las que se alimentan las orugas, y son su refugio durante el día”, apunta.

El presupuesto de este interesante proyecto es de 67.177 euros (IVA excluido) y es financiado con fondos procedentes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia-Financiado por la Unión Europea-NextGenerationEU. Cada noche, en las cajas de luz de los biólogos se cuelan hasta 300 mariposas nocturnas. “Aunque tengan mala fama por llamarse polillas, de todas las especies habrá solo una o dos que se coman la ropa”. Curiosidad.