Propuesta de regalo navideño, a la venta el domingo con DIARIO DE NOTICIAS. El alcalde de Pamplona, Joseba Asiron (Iruñea, 1962), ha sacado el recopilatorio Vidas ejemplares, con sus 50 primeros perfiles publicados en las páginas de este periódico “que Pamplona no debería olvidar”. Desde la historia menuda y popular hasta la más oficial, retratos de virtudes, humanidades o miserias a lo largo de la historia de la ciudad, desde Pompeyo hasta finales del siglo XX. Un libro editado por Txalaparta, de tapa dura e ilustrado, con un título que tiene “parte de ironía”, porque hay “personajes que realmente fueron ejemplares y otros absolutamente despreciables”. En algún caso con testigos aún vivos.

¿Cómo se lanzó a escribir estos perfiles que ahora se hacen libro?

–Como historiador esto es casi una distracción. Empecé las primeras ‘Vidas ejemplares’ en la pandemia, consecuencia lógica del ‘Adiós Pamplona’. Y ahora son los protagonistas. La historia es un juez muy duro. Personajes que hoy día, en vida, consideramos que son conocidísimos dentro de 50 años no se va a acordar nadie de ellos. La idea es recuperar esa memoria de gente que creo necesario que Pamplona no olvide.

Un combinado de épocas y tipologías, un elenco ameno y diverso.

–Son capítulos cortos. Alterno personajes serios con otros absolutamente disparatados o completamente diferentes. Unos, que fueron positivos para la historia de la ciudad y otros, que no deberíamos olvidar por negativos. Algunos conocidos en su momento y que han podido pasar a la historia, seguidos de otros de los cuales prácticamente no tenemos ya ninguna referencia. Todos responden a lo mismo, no los deberíamos olvidar, sea para bien o para mal.

Todos formaban parte de su respectivo contexto histórico. 

–Son papeles diversos dentro de una ciudad que pasaba por circunstancias muy diferentes. Importante para Pamplona José Armendariz, virrey del Perú porque incluso aportó un capital para la construcción de la capilla de San Fermín en la iglesia de San Lorenzo, pero también Rosa Oteiza, la modelo para la Estatua de los Fueros o ‘Mademoiselle Agustini’, que cruzaba el río Arga sobre una cuerda. O Mendiry, por así decir el personaje negativo por excelencia del siglo XIX en Pamplona. Dos generaciones después todavía las madres decían a sus hijos: Si no te portas bien le llamo a Mendiry. Era el jefe de policía del ejército de Napoleón. Todos somos hijos de nuestro tiempo.

“La historia es un juez muy duro. Personajes que hoy día consideramos conocidísimos dentro de 50 años no se va a acordar nadie de ellos”

Y de formas de vivir en cada momento.

–Dentro de esas circunstancias diferentes algunos han marcado la vida ciudadana de una manera jocosa, como pueda ser ‘Uve’ o ‘Zurikaldai’ el limpiabotas, o de una manera más política, como Arturo Campión. Intentando buscar esa variedad después de mucho pensar incluso decidí meter a personajes como el mono Txarli, con el cual la ciudad tiene una deuda por maltrato animal del que de alguna manera participamos todos un poco, y desde luego el Ayuntamiento en primera persona. Pamplona ha pasado por mil visicitudes y tiene mil registros, cultos, políticos y bufos. Se trata de registrar protagonistas de esos registros diferentes. 

Me imagino que una de las cosas más agradables habrá sido contactar con familiares cuando ha sido posible. Y eso exige tiempo.

–Para mí más que tiempo es un pasatiempo, porque es sumamente gratificante. Cuando lo que a ti te motiva y te gusta es tu propia ciudad poder hacer esta aportación diferente es todo un placer. De Germán Rodríguez, por ejemplo, todos tenemos el mismo cliché, una foto de perfil. Pero la conversación que tuve con Fermín, su hermano, fue una auténtica delicia. Me contó desde el primer recuerdo cuando era txiki, y el último, el mismo día 8 buscando un pañuelo de San Fermín en un armario para ir a los toros, sus estudios, aficiones, había aprendido euskera, a tocar la guitarra por libre.Era una persona sumamente inteligente. Es ir un poquico más allá de los clichés. Me pasó lo mismo con Asun, la madre de Nagore (Laffage). ¿Quién sabe cómo había sido de niña Nagore? Profundizar en los personajes ha sido interesantísimo. Evidentemente no voy a poder contactar con los familiares de Pompeyo, pero cuando he podido hacerlo respecto a personajes más recientes, como con el bisnieto de Miguel Astrain, el autor del vals, o con los sobrinos de Eliseo el heladero, o con una bisnieta de Rosa Oteiza... te aportan detalles humanos que dan otra dimensión.

Tras ello, llega la narración. Saber contar es muy importante para un historiador.

–Te encuentras personajes en los cuales casi, casi hay demasiada información y tienes que sintetizar mucho, por ejemplo, el mismo Pompeyo. En función de su perfil la manera de afrontar el artículo es completamente diferente. De unos se ha escrito casi todo, y tú tienes que seleccionar y otros hay que reivindicarlos, como ‘Maxi la cutera’. El otro día, en la presentación del libro todavía se me acercaban mujeres mayores que le habían conocido para cantarme una canción que le cantaban o para contarme una anécdota. Lo que sí es cierto es el síndrome del folio en blanco. Eso siempre cuesta. Luego, un vez que empiezas, casi el artículo sale solo, una cosa te lleva a la otra. 

¿Su receta?

–Tienes que acercarte no solo con sensibilidad, sino con flexibilidad, para saber qué enfoque le vas a dar a cada uno de los personajes. Yo no sé si hubiera sido capaz de hacer un libro sobre 50 personajes serios y monolíticos de Pamplona, todos políticos o músicos o escritores. Pero el hecho de cambiar el registro con el que abordas cada uno de los capítulos hace en mi opinión que sea más atractivo.

Habitamos un espacio que perdurará tras nuestra andadura vital.

–Esa es la gran lección, somos depositarios de dejar la ciudad al menos tan bien como nosotros la recibimos.

Dice que esto es un pasatiempo, pero como alcalde la agenda es más complicado.

–Espero que lo haya. Saco tiempo sobre todo y fundamentalmente porque soy una persona con muchísimos defectos, pero tengo probablemente una virtud y es que no sé perder el tiempo, siempre tengo que estar haciendo algo. Yo me siento una persona creativa y me gusta escribir. Para mí es realmente una distracción, si tengo un puente, o vacaciones, intento siempre estar haciendo cosicas. Es una manera de aligerar la cabeza de otras cosas más tochas, por así decirlo.

“Pamplona ha pasado por mil visicitudes y tiene mil registros. Para mí poder hacer esta aportación diferente es todo un placer”

¿Cómo continúa su labor de cara a un segundo libro?

–Sí, la idea es llegar a cien, en este momento se han publicado en el periódico 64, y de esos 64 salen en este primer libro. Pero realmente tengo preparados ya 90. Espero haberlo terminado en un año. Si la editorial sigue apostando por este humilde alcalde pues habrá un segundo tomo, claro.

Y siempre desde las páginas de DIARIO DE NOTICIAS.

–Tengo mucho que agradecer a la editorial, pero con DIARIO DE NOTICIAS me pasa exactamente lo mismo. Seguimos con Adiós Pamplona y con las Vidas ejemplares cada 15 días también. Y en 2012, hicimos una serie sobre las 50 fechas más importantes de la conquista de Navarra. La verdad es que en DIARIO DE NOTICIAS he encontrado una buena recepción, incluso antes de ser alcalde (se ríe), porque Adiós Pamplona lo empecé en 2009, y tras la tesis doctoral necesitaba escribir sobre Pamplona, y volví a los libros de Arazuri o a los de José María Baroga.

De esto hace 16 años.

–Me fui un día con 20 artículos ya escritos a donde el señor director e inmediatamente me dijo que sí, y después de aquello cada vez que he ido con un proyecto ha parecido bien. Por lo tanto, tengo mucho que agradecer a DIARIO DE NOTICIAS.