El pelotari que marcó un antes y un después
revolución irujo cambió la forma de jugar a pelota
PAMPLONA - La irrupción de Juan Martínez de Irujo en el panorama profesional marcó sin duda una nueva era. El de Ibero, que saltó a la élite el 6 de junio de 2003, llegó en una época dominada por Aimar Olaizola y en el que había otros delanteros como Eugui, Nagore, Titín III. Pero nada más debutar, pasó de ser un pelotari aficionado del club Oberena a codearse con los más grandes en todos los campeonatos.
En su primer año en el Manomanista, en 2004, ganó el torneo de más prestigio para un pelotari venciendo en la final al labortano Yves Xala por 22-12. En ese mismo año, también en su primera participación en el campeonato Parejas, Juan consiguió llegar a la final acompañado con Oskar Lasa, donde perdió por 22-10 contra Titín y Fernando Goñi.
Además de llegar a la profesionalidad dando un golpe sobre la mesa y colándose a las primeras de cambio en las finales de todos los torneos importantes, Irujo cambió el modo de jugar en la pelota de hace poco más de diez años. En esos tiempos se jugaba a bote, madurando el tanto y de forma clásica. Pero Irujo irrumpió con la velocidad que le imprimía al cuero añadida a la capacidad para entrar de aire lo que hizo que, por su culpa, se cambiase la forma de jugar en algunas modalidades. Concretamente, en el Manomanista y en el Cuatro y Medio, fue él el primero en restar de aire los saques del rival. Después de esta revolución, los demás pelotaris tuvieron que mejorar en esta faceta, que les permite sorprender al contrario y estar más cerca del frontis en todo momento para poder terminar el tanto.
Aunque el delantero de Aspe también ha tenido sus cosas malas. Gritos, enfrentamientos con cámaras... han hecho que se le haya visto como alguien que, a pesar de tener unas dotes increíbles para jugar a pelota, haya sido juzgado por su fuerte carácter y no solo por sus características deportivas.
Pero aun así, con su personalidad que a pocos deja indiferente y con su modelo de juego el de Aspe ha conseguido un gran palmarés y se ha ganado el mote de “el campeón de Ibero”, ya que se ha llevado trece txapelas de primera, divididas en cinco del Manomanista, cinco del Parejas y tres del Cuatro y Medio, distancia en la que a pesar de que es en la que menos cómodo se siente ha triunfado en varios campeonatos.
Además, el salto a la profesionalidad del de Ibero ha llevado a la pelota a mano a un momento álgido. Los duelos del delantero navarro con Olaizola II han copado la mayoría de finales y gracias al cual se ha cuajado a una rivalidad que pasará a la historia entre dos de los mejores pelotaris de todos los tiempos.
Con la baja temporal de Irujo la pelota pierde a uno de sus mayores exponentes por un tiempo. La afición pelotazale lo lamenta, y espera que el de Aspe se recupere para poder volver a disfrutar de su juego eléctrico, nervioso y que encandila a todos los aficionados, tanto a sus partidarios como a sus detractores. - J.V.C.