A Julen Martija (Etxeberri, 24/5/1997) le dolió perder la final de ayer porque, “cuando vas perdiendo por bastante y luego te quedas ahí a dos tantos (20-22), e incluso nos hemos puesto a uno (20-21), da más rabia”. Sin embargo, el zaguero navarro no tardó en añadir que “siempre intento sacar lo positivo de todo y creo que aguantar a Zabaleta en este frontón no es fácil”. Y se explicó: “Me han dicho que ha sido un partido de 800 pelotazos. Ha sido durísimo porque la pelota coge mucho bote y mucho peso atrás y no es fácil, pero, a pesar de todo, he sujetado bastante bien a Zabaleta. Quitando algún fallo que otro, estoy orgulloso, pero me voy con pena porque he visto que teníamos opciones hasta el final”.
Para Jokin Altuna (Amezketa, 27/3/1996), compañero de Martija, la sensación era similar. “Hemos creído hasta el final”, dijo el delantero guipuzcoano, aunque introduciendo una variante nueva en su explicación: “A veces da la sensación de que entrar a rematar de lejos en este frontón es en balde. No es fácil jugar aquí y contra Jose tienes la sensación de que vas al aire y la pelota sale muy para arriba. Nos ha costado llevar la iniciativa y cuando la hemos cogido Jose se adelantaba y Peio también defiende el copón. Creo que en el txoko es increíble e igual es el mejor defendiendo con la zurda. En cualquier caso, lo hemos tenido ahí, pero sólo pueden ganar dos y lo han hecho ellos con todo merecimiento”.
