Eñaut Lizeaga se ahoga en la orilla ante Lerena en la Liga de Naciones
El representante de Euskal Selekzioa cae en un agónico desempate ante Óscar Lerena en mano individual
El poder de Óscar Lerena (España) a bote frenó este martes el ímpetu de Eñaut Lizeaga, representante de Euskal Selekzioa, en su estreno en la categoría de mano individual en la Liga de Naciones de36 metros de pala corta, organizada por la Federación Internacional de Pelota Vasca (FIPV). El delantero riojano superó en un tenso joko de desempate al pegador de Astigarraga y forjó una remontada de tintes épicos, pues al najerino le tocó pelear a la contra después de un descorche buenísimo por parte de su contrincante.
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Se llevó el gato al agua Lerena sin ceder una pizca en su clasicismo y fueron, de hecho, su capacidad de dar dirección y castigar la pelota la pelota las armas que le dieron la posibilidad de revuelta.
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Gran inicio de Lizeaga
Lizeaga comenzó desatado. Tiene brío en las dos manos. Electricidad. Un saque y un saque-remate abrieron las hostilidades. Respondió Lerena con un derechazo atrás, ariete que le funcionó, y un dos paredes. Sin embargo, Eñaut no acusó el traqueteo. El de Astigarraga tiene grandes capacidades y por algo se encuentra en la órbita de posibles debutantes de BaikoPilota–su hermano Ekain ya es profesional–.
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Dotado de un físico envidiable y motor para romper cualquier encuentro, Lizeaga cruzó un bonito gancho con velocidad para iniciar la escalada hacia el primer joko. En el 2-4 tiró de heterodoxia para cambiar de mano en plena postura de remate y clavar una volea con la derecha. Un dos paredes, un saque al ancho, una dejada al txoko, una preciosa carambola a la vuelta de un saque y una parada al rincón pusieron el 2-9. Un error y un saque dieron aire a Lerena, que perdió pie con un buruzgain que cerró el set.
Lerena, de menos a más
Tras el paso por el set de descanso, el najerino templó el nervio. Le ayudó comenzar con un 3-0. Expuso potencia y a Lizeaga le tocó remar a contracorriente. Un 7-2 dejó tocado al pelotari dirigido por Iraitz Olaetxea, pero no hundido.
Recalibró la brújula con un gancho y un saque. Un derechazo por la pared –constante en el catálogo de Óscar– y un dos paredes dejaron el joko visto para sentencia (9-4). Dos errores del najerino y un cartón con el primer disparo dieron aire a Lizeaga, que perdió el norte con un fallo propio (10-7).
Un desempate agónico
El desempate se llenó de tensión. Eñaut comenzó mandando 2-0 (su quinto saque de la contienda). Sin embargo, Lerena siguió con su plan. Aprovechó una dejada al txoko para adueñarse del saque y se cobró el dos iguales con un solo pelotazo. En seis más dejó el partido pendiendo de un hilo.
Dos saque-remates –una dejada al ancho y un dos paredes– ahogaron a Lizeaga, que recibió un regalo del riojano para meterse de nuevo en la contienda. El cuatro iguales fue un bonito gancho de Eñaut, sin miedo. Arrojado, brilló en valentía. A un solo tanto de la tranquilidad, un derechazo a bote de Lerena zanjó los 44 minutos de bonita liza en el frontón Bizkaia de Bilbao.