Madrid. La Audiencia Nacional condenó ayer a 3.860 años de cárcel a los miembros del comando Otazua de ETA Daniel Pastor, Iñigo Zapirain y Beatriz Etxebarria por el atentado con una furgoneta bomba contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Burgos en 2009, que causó 160 heridos de diversa consideración. La sección tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional les condenó por 160 delitos de asesinato en grado de tentativa y un delito de estragos, y destacó en la sentencia los testimonios de los peritos, que declararon en el juicio que la explosión fue "aterradora" y dejó el edificio destruido "por arriba y por abajo".
La sala estableció, además, que los tres miembros de la banda deben indemnizar a las víctimas en función de los días de curación, así como pagar 15 millones a la Dirección General de la Guardia Civil por los daños al edificio. También deberán indemnizar con 39.074 euros a la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León por los daños causados en dos hospitales de Burgos próximos a la casa cuartel.
El atentado se produjo en la madrugada del 29 de julio de 2009, cuando una furgoneta bomba cargada con más de 700 kilos de amonal explotó en un aparcamiento localizado en la parte trasera de la casa cuartel y causó heridas a 160 personas, entre ellas 41 niños.
la más alta Esta condena supone un récord en lo que a penas por delitos de terrorismo se refiere, al ser la más alta impuesta hasta el momento. Hasta ahora, la que acumulaba más años era la de Garikoitz Arruarte y Gorka Loran por colocar una bomba que no llegó a estallar en un intercity con 184 personas. Ambos fueron condenados a 2.775 años de cárcel cada uno.