PAMPLONA - "Me llamo Jurdan Martitegi Lizaso. Soy militante de ETA y me siento muy orgulloso de serlo. Hago mías todas las acciones político-militares que ETA ha realizado en medio siglo de historia". Así se manifestó ayer el considerado ex número uno de la organización armada en el transcurso del juicio celebrado en la Audiencia Nacional contra él y contra Arkaitz Goikoetxea e Iñigo Gutiérrez, a quienes se le acusa de la colocación de un coche bomba contra el cuartel de la Guardia Civil en Calahorra en marzo de 2008. Por estos hechos, Martitegi, Goikoetxea y Gutiérrez se enfrentan a penas de 675 años de cárcel por la presunta comisión de "33 asesinatos terroristas en grado de tentativa, uno de estragos, otro de tenencia de explosivos, dos delitos de detención ilegal y otro de robo de vehículo a motor". La explosión dejó siete heridos y daños por valor de 4,7 millones de euros.

La vista contra estos tres destacados miembros de ETA se produjo apenas 48 horas después de que la organización armada asegurara a través de un comunicado que el anuncio de desarme "debe ayudar a fomentar el clima para el diálogo y el acuerdo, así como a avanzar en otras cuestiones".

Martitegi, sin embargo, se negó a reconocer nada ante el tribunal, al que considera que es una "farsa". Su declaración se sitúa en las antípodas de los pasos que se reclama a ETA en el nuevo escenario político.

Goikoetxea se negó a responder a las preguntas del fiscal, la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y la acusación particular de una víctima, mientras que Iñigo Gutiérrez rechazó haber participado en el atentado. - J. Núñez