madrid - Los candidatos autonómicos del PP cerraron ayer filas con su líder, el presidente del Gobierno Mariano Rajoy, en la convención autonómica del partido en la que se presentó el programa electoral de la formación para el 24 de mayo.
Rajoy ofreció un discurso muy centrado en contraponer el proyecto del PP a “experimentos” llevados a cabo por “doctrinarios”. Gobernar, dijo, “no es un tema de ocurrencias ni de tertulias”. A nadie en el auditorio le pasó inadvertido que cuando Rajoy hablaba de falta de experiencia y de “amateurismos” se refería a las formaciones revelación de esta legislatura: Podemos y Ciudadanos. Pero sobre todo a la formación de Albert Rivera, que tanto daño les ha hecho en Andalucía.
Rajoy arengó a los suyos para recuperar los votos que lograron hace cuatro años porque, dijo, “detrás de populistas y demagogos, hay gente honrada, que quiere a su país”. “Seres humanos normales”, aseguró, en los que el PP confía para ganar las elecciones autonómicas y municipales.
Frente al llamamiento de Rajoy, quien parece descartar acuerdos postelectorales con otras formaciones, los barones reconocieron que los comicios del 24-M no serán “fáciles” ante el ascenso de estas nuevas formaciones políticas como Podemos o Ciudadanos. De hecho, algunos barones aludieron a posibles pactos postelectorales que habrá que buscar tras la cita con las urnas. Así lo reconocieron, entre otros, Juan Vicente Herrera, José Antonio Monago o Cristina Cifuentes.
Rajoy posó con todos sus números uno tanto al comienzo como al término del cónclave que el PP celebró ayer en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid, una foto con la que quiso escenificar una imagen de unidad. El jefe del Ejecutivo les quiso dar las gracias a todos por su “lealtad”, “apoyo” y “cariño”.
Esta imagen de fraternidad se producía tras una Semana Santa convulsa en las filas de la formación con cruce de declaraciones entre los descontentos con el rumbo del partido y los afines a la secretaria general, María Dolores de Cospedal. Como telón de fondo, la derrota del PP en las elecciones andaluzas, donde perdieron 17 escaños y alrededor de 500.000 votos.
La presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, reivindicó “la política con mayúsculas, de servicio a los ciudadanos” y la secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, afirmó que no es “momento de descarrillar” escuchando a quienes carecen de “hoja de ruta” o que ya han demostrado su “incapacidad e ineptitud para gobernar”.
Frente a estas posturas más inmovilistas, algunos barones aprovecharon sus intervenciones para abrir la puerta a posibles pactos postelectorales. El castellanoleonés Juan Vicente Herrera indicó que no tienen que tener “miedo” a buscar pactos con partidos de centro y moderados. “Salimos como siempre a ganar, a por todas. Queremos conseguir esas mayorías que nos permitan dar a la sociedad esa estabilidad que más que nunca estamos necesitando. Sabemos que no va a ser fácil y va a ser más complicado”, agregó.
“no pasa nada por hablar” Por su parte, la candidata del PP a la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, que se mostró dispuesta a llegar a acuerdos con otros partidos aunque tenga mayoría suficiente para gobernar tras las elecciones del 24 de mayo. Y al término del cónclave, en declaraciones a los periodistas, el extremeño José Antonio Monago, defendió los pactos entre distintas fuerzas: “Toca hablar mucho y no pasa nada”.
Precisamente, el vicesecretario de Política Autonómica y Local del PP, Javier Arenas, afirmó ayer en una entrevista en la Cadena Cope que los populares dialogarán con partidos que tengan programas “no antagónicos” en aquellos municipios y regiones en las que no logre una mayoría “suficiente”. En este punto, admitió que con IU, Podemos o el PSOE “resulta muy difícil conjugar un programa de gobierno”. - Efe/E.P.