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Las familias del PSN se resitúan ante las primarias del PSOE

Chivite mantiene una neutralidad formal mientras el aparato cierra filas con SánchezCerdán forma parte del núcleo de confianza del exsecretario generalUna parte del tradicional sector crítico trabaja por Susana DíazJiménez, Lizarbe y Astiz también respaldan a la andaluzaEl diputado, con Patxi López

Las familias del PSN se resitúan ante las primarias del PSOEJAVIER BERGASA

Pamplona - A poco más de dos de meses de las primarias que elegirán al próximo secretario general del PSOE las distintas corrientes del PSN empiezan a tomar posiciones de forma más o menos clara en favor de alguno de los tres candidatos. Un requilibrio interno en el que se mezclan las afinidades políticas e ideológicas con la propia realidad del partido en Navarra, que inmediatamente después del congreso federal deberá renovar todos los órganos regionales, incluida la Secretaría General que desde diciembre de 2014 dirige María Chivite.

A diferencia de otros líderes regionales, Chivite ha optado por una posición neutral en el debate interno, no exento de tensión, que encara ya el PSOE. Una decisión que la secretaria general ha vinculado a la institucionalidad de su cargo, desde la que quiere ser equidistante respecto a las tres candidaturas que se prevén en liza, las de Pedro Sánchez, Patxi López y Susana Díaz. “Estoy convencida de que debo mantener una posición de neutralidad porque respeto profundamente la posición de todos los militantes”, argumentó durante el comité regional de ayer una secretaria general a la que sin embargo internamente se ubica cerca de Pedro Sánchez, a quien ya respaldó en el polémico comité federal de octubre.

En cualquier caso, la cita, ordinaria para aprobar el presupuesto y analizar la situación política, se convirtió en un debate sobre las primarias del partido en el que los principales dirigentes fijaron su posición en un tono de cordialidad general. Algunos ya lo habían hecho antes, como el secretario de Organización, Santos Cerdán, que desde hace varias semanas integra el reducido grupo de confianza de Pedro Sánchez. De hecho, el número dos del PSN representará a la candidatura en la reunión que el próximo martes tiene prevista con la Gestora en Madrid.

Junto con Cerdán, la mayor parte de la dirección socialista se ha posicionado del lado del exsecretario general, incluidos los secretarios de política municipal y agrupaciones, Ramón Alzórriz y Jorge Aguirre, lo que inclina los resortes orgánicos del aparato del lado sanchista, que cuenta además con el respaldo de todo el grupo parlamentario, de dos de los tres concejales de Pamplona, de un buen número de alcaldes del sur de la comunidad, así como los de la corriente Izquierda Socialista y la mayoría de Juventudes. Una red amplia de apoyos que apuntan a la victoria en la Comunidad Foral, donde están llamados a votar cerca de 5.000 militantes socialistas.

De hecho, Navarra cuenta como territorio sanchista en las quinielas que estos días se hacen a nivel federal, donde unos y otros se ven ganadores en una disputa que apunta muy apretada a la espera de que Díaz oficialice su candidatura esta próxima semana. La presidenta andaluza no obstante cuenta ya con una notable estructura de apoyo en todo el Estado, sostenida por los barones territoriales, dirigentes históricos de Zapatero a Rubalcaba, pasando por Felipe González y por los nuevos dirigentes aglutinados en torno a la Gestora.

Una candidatura que curiosamente en Navarra se ha estructurado en torno al tradicional grupo que ha sido crítico con la dirección del PSN por su acercamiento a UPN. Amanda Acedo, que rivalizó con Chivite en las primarias forales de 2014, y que votó a favor de la abstención en el tenso comité federal que acabó con la salida de Sánchez, resurge ahora como apoyo de Díaz en Navarra con otros miembros del sector como Juan Antonio Cabrero, Fernando Mendoza, Fernando Puras o Antonio Gila.

En el apoyo a Díaz destacan también Adriana Maldonado y el exdiputado Juan Moscoso. Este último mantiene buenas relaciones con Ferraz y participa en la elaboración de la ponencia económica del congreso que redacta José Carlos Díaz. Igualmente, los exsecretarios generales Roberto Jiménez y Juan José Lizarbe, y el exconsejero de Fomento Anai Astiz. Los tres aprovecharon el comité regional de ayer para mostrar públicamente su apoyo a Díaz.

Entre unos y otros queda el grupo de apoyo a Patxi López, donde se han agrupado algunos de los antiguos colaboradores de Sánchez, y a quienes pocos dan opciones reales de victoria. Sus apoyos en Navarra en cambio son amplios, motivados por una cercanía política y geográfica que representa mejor que nadie el diputado Jesús Mari Fernandez, que fue viceconsejero del Gobierno Vasco con el PSE y que hoy encabeza una red en la que también destacan Javier Remirez, Asun Apesteguía, Martín Zabalza o Toni Magdaleno.

Es la parrilla de salida de una campaña que una vez fijados los nombres y los apoyos va a centrar el debate en Madrid. Por lo que más allá de la presencia puntual de los candidatos en Navarra -Eduardo Madina será el próximo en llegar el 21 de abril- no habrá eventos ni debates públicos. Lo que en cierto modo evitará incoherencias, al menos aparentes, a quienes respaldan la apuesta plurinacional de Sánchez en Madrid y en Navarra opositan de la mano de UPN y PP; o a quienes apuestan por facilitar la gobernabilidad en Madrid tras haberlo criticado duramente en Navarra.

Contradicciones de ámbito local que quedarán aparcadas al menos hasta conocer quién liderará el PSOE los próximos años. Un resultado que no vincula lo que pueda pasar después en el PSN, que deberá fijar su propia hoja de ruta y su propio proceso de primarias. A nadie se le escapa sin embargo que una eventual victoria de Sánchez supondrá un respaldo a la actual dirección, que podría cohabitar sin mayor problema también con Patxi López como secretario general. Otra cosa sería la victoria de Díaz, con quien Chivite mantiene una relación distante, lo que abriría un escenario de incertidumbre en Navarra. Si no como para cuestionar abiertamente el liderazgo de la actual secretaria general, sí al menos para recomponer el equilibrio interno de cara a la próxima legislatura.