Mañana, 24 de abril, se cumplen 40 años de las que se denominaron conversaciones de Txiberta, un intento de unificación de las fuerzas abertzales junto a las dos organizaciones armadas, ETA (m) y ETA (p-m) de entonces, apuesta que fracasó por la negativa de algunos de los actores a ceder en sus posturas iniciales. Fue una oportunidad histórica perdida que, si hubiera prosperado, habría cambiado el rumbo de la historia de Euskadi en las últimas décadas. Quizás la proximidad de las primeras elecciones tras la muerte de Franco -convocadas para el 15 de junio de 1977- corrió en contra de los partidos que, en mayor o menor medida, tenían la vista puesta en esa contienda electoral y en la forma de encararla o no acudir a las urnas.

Las conversaciones de Txiberta surgieron de un planteamiento personal de Telesforo Monzón, que quiso sondear si había alguna posibilidad de una acción concertada entre todas las fuerzas vascas. Monzón expuso una propuesta que denominó Liberación de Euskadi cimentada en tres pasos: primero, una acción concertada y una estrategia común entre abertzales; segundo, la consecución de un Estatuto de Autonomía que englobara a Nafarroa, Araba, Bizkaia y Gipuzkoa; y en tercer lugar, la creación de un frente autonomista que abarcara a todos los partidos democráticos, a las fuerzas sindicales y a las representaciones culturales.

La primera gestión de Monzón fue reunirse con ETA-m, que dio su aprobación a las conversaciones. En segundo lugar trasladó la propuesta a ETA-pm que también estaba por la labor. Eso sí, las dos organizaciones armadas condicionaron su presencia al visto bueno de las fuerzas que estaban integradas en KAS. El Grupo de Alcaldes, cuya cabeza visible era José Luis Elkoro, alcalde de Bergara, también se sumó a la iniciativa.

Con el visto bueno de las dos ramas de ETA, Monzón planteó al PNV la posibilidad de acudir a las conversaciones que dieron comienzo el 24 de abril de 1977 en un hotel de Txiberta, en Angelu, cuyos propietarios eran amigos de Telesforo Monzón.

La delegación del PNV en las conversaciones de Txiberta estaba integrada por Joseba Azkarraga, Gerardo Bujanda, Juan José Pujana y Koldo Amezketa. Por parte de ETA (m) sus representantes fueron José Miguel Beñaran, Argala, Txomin Iturbe, Dolores González Kataraian, Yoyes, y José Manuel Pagoaga, Peixoto. Los polimilis estaban también representados por dirigentes de peso como Javier Garaialde, Erreka, y Mark Etxegarai. Además, otros asistentes a los encuentros fueron Iñaki Martínez, por EIA; Goyo Monreal, por Euskal Sozialista Elkartzeko Indarra (ESEI); Mariano Zufía, por Euskadiko Karlista Alderdia (EKA); Santi Brouard, por Euskal Herriko Alderdi Sozialista (EHAS); Valentín Solagaistua, por Acción Nacionalista Vasca (ANV); Iñaki Aldekoa, por Eusko Sozialisten Biltzarrea (ESB); y José Luis Elkoro, como cabeza visible del denominado Grupo de Alcaldes. Junto a ellos, la periodista Mirentxu Purroy, encargada de levantar acta de las reuniones. Así, Purroy estuvo presente en todas y cada una de las citas celebradas en Txiberta.

Ya en la primera reunión quedó claro que las posiciones estaban enfrentadas. ETA y KAS entendían que antes de debatir una estrategia común era indispensable posicionarse sobre la participación en las elecciones generales que estaban convocadas para junio. Desde la organización armada y los partidos que apoyaban su estrategia se dejó patente que su postura era no acudir a los comicios y pasar a un boicot activo si para el 15 de mayo no se había conseguido la amnistía total y las libertades democráticas. El PNV aseguró no tener una postura oficial decidida aunque los representantes jeltzales en la reunión eran partidarios de tomar parte en los comicios.

En la segunda reunión, el 30 de abril, las posturas quedaron clarificadas. KAS y ETA se ratificaron en su postura de no acudir a las elecciones si no se había logrado la amnistía, mientras que el PNV se mostró partidario de la participación sin condiciones. Por lo que respecta al resto de partidos, ESEI se manifestó favorable a la abstención si la postura era adoptada por todas las fuerzas, posición que contó con el respaldo de ANV, mientras que EKA se posicionó a favor de tomar parte en los comicios, aunque también estaba dispuesta a reconsiderar esta posición.

Tras una reunión en Madrid con el entonces presidente del Gobierno español, Adolfo Suárez, las posturas dentro de Txiberta siguieron siendo divergentes. Así, a juicio del PNV las conversaciones no deberían polarizarse en participar o no en las elecciones como dos opciones totalmente opuestas. Para los jeltzales, quienes consideraran importante participar deberían hacerlo y el que creyera que no, que no acudiera. Eso sí, el PNV abogó por continuar coordinándose en la lucha por la consecución de un Estatuto para Euskadi. Sin embargo, ETA y KAS consideraban que antes de pensar en un Estatuto era importante tomar una decisión sobre las elecciones y en la posibilidad de no presentarse si no estaban todos los presos en la calle.

En la reunión del 14 de mayo se constató la ruptura. ETA (m), ETA (pm), EIA, EHAS, LAIA, EKA, ESB y ESEI propusieron que, si para el 1 de junio no había amnistía, se retiraran todas las candidaturas a las elecciones. El PNV por su parte mantuvo su posición de que acudiría a las elecciones sin ningún tipo de condicionante. Tres días después, el 17 de mayo se celebró otra reunión a la que ya no acudieron los jeltzales.

En aquella cita, EKA aseguró que su intención era presentar sus candidaturas con una fecha límite, el 6 de junio. Si para entonces no se había decretado la amnistía y se habían logrado las libertades democráticas, retirarían sus listas. Por parte de los grupos integrados en KAS, se anunció que a partir de ese día iban a iniciar una campaña activa a favor de la abstención. “Mientras no hagamos otro Txiberta o algo similar, los vascos lo tendremos crudo”. Esas fueron las palabras de Monzón al constatar el fracaso de la conversaciones.

Al final, en las elecciones del 15 de junio de 1977, varios partidos que estuvieron en Txiberta acudieron a las urnas y otros se mantuvieron firmes en el boicot. El PNV logró 296.193 votos, lo que le otorgó 8 disputados; Euskadiko Ezkerra (EIA y EMK) lograron 61.417 votos y un diputado. En Navarra fueron junto con OIC y sumaron 24.489 votos; ESB sumó 36.002 votos; y ANV, 6.435 votos. ESEI no presentó listas para el Congreso y se integró en la candidatura Frente Autonómico para el Senado.

Por el contrario, partidos como EHAS y LAIA no se presentaron a las elecciones y abogaron por una campaña de abstención activa. La abstención en la Comunidad Autónoma Vasca fue del 22,77% mientras que en Navarra llegó al 17,76%.

entrevista con Adolfo Suárez

Sin resultados. En una de las reuniones celebradas en Txiberta, el Grupo de Alcaldes consensuó una estrategia que era formar una comisión que acudiría a Madrid a entrevistarse con Adolfo Suárez. Esta comisión estaba integrada por Santi Brouard, Iñaki Aldekoa, Valentín Solagaistua, Juan José Pujana y José Luis Elkoro. Esta comisión se entrevistó con el presidente español, quien les señaló que era imposible la amnistía antes de las elecciones debido a la posición de debilidad que tenía frente a sectores del viejo régimen, en especial las fuerzas armadas. Suárez apuntó la posibilidad de poner en libertad a algunos de los presos, como así sucedió, y el resto iría saliendo paulatinamente. Hay que recordar que apenas unos días antes se había legalizado al PCE, lo que hizo que se intensificara el denominado “ruido de sables”, que se visualizó con la dimisión del entonces ministro de Marina, el almirante Gabriel Pita da Veiga.