BILBAO - Con un pie en Euskadi y otro en el Congreso, a caballo entre Bilbao y Madrid, pero también con la vista puesta en el horizonte europeo, Eduardo Maura se expresa con la franqueza que le permite el ser diputado raso.

Los Presupuestos vascos encaran su última fase con EH Bildu ganando peso en la negociación. ¿Ha quedado Elkarrekin Podemos fuera de juego?

-No. Ha hecho lo que tiene que hacer cualquier agente negociador: señalar al Gobierno Vasco cuáles son los mínimos de la negociación, evaluar su actitud hacia esas demandas de partida, y concluir que una negociación en esos términos no era deseable. ¿Eso le da más peso a EH Bildu? También le da más responsabilidad y le hace incurrir en más riesgos, porque una parte muy importante de su base electoral no comparte la línea presupuestaria del PNV, que es heredada de los acuerdos con el PP en los años anteriores. Si algo sabemos del PNV, es que ha estado más cómodo pactando con el PP que con el resto de fuerzas en materia presupuestaria.

¿No corre Podemos el riesgo de perder la bandera de los pensionistas en favor de EH Bildu?

-No hay nadie compitiendo por el discurso de los pensionistas. Es obvio que la marea de pensionistas en Euskadi, y particularmente en Bilbao, ha sido enorme y ha hecho temblar los cimientos de más de un despacho. Además, ha puesto en solfa una parte del discurso oficial sobre pensiones y sobre bienestar. Eso ya lo han ganado. Pero los pensionistas van a votar cosas muy diferentes, no existe algo así como un voto pensionista homogéneo que se va a llevar uno u otro.

¿Las pensiones se pueden complementar con la RGI?

-En el debate sobre la RGI, Elkarrekin Podemos siempre ha señalado que la RGI no es un complemento, un añadido o un sobresueldo. Ninguna de esas figuras debe orientar la RGI, que nace con vocación de ser renta básica. Una RGI bien concebida camina en la dirección de una renta básica universal. Es un derecho, no un complemento asistencial.

¿Por qué en Euskadi han defendido un planteamiento de máximos con la RGI mientras en el Estado lo pactado con el PSOE no incluye algo similar como la renta básica?

-Porque uno no navega Euskadi con los mismos mapas que navega Madrid. Las tensiones presupuestarias a nivel estatal nada tienen que ver con las vascas. La imaginación fiscal madrileña poco tiene que ver con la vasca. Son negociaciones en paralelo en las que la coherencia programática y política es lo que cuenta. Y eso se ha mantenido. Hemos puesto todo lo que se podía poner para avanzar.

Respecto al nuevo estatus, Podemos se ha desmarcado de las bases pactadas entre PNV y EH Bildu, sin embargo reitera estar a favor del derecho a decidir.

-Tenemos dificultades muy serias con el planteamiento que ha hecho Egibar durante toda la ponencia. Por eso propusimos dos mesas, para avanzar más fácilmente y debatir los problemas más estancados. La obsesión por unificar mesas, que se debe atribuir a Egibar, solo ha servido para que hayamos tenido un debate mucho más estéril. El derecho a decidir, como principio político, es incuestionable. ¿Cómo articularlo en un contexto europeo en el que la pertenencia de Euskadi a Europa está sometida a su pertenencia al Estado español? Es algo de una dificultad extrema. Si pretendiéramos que se va a resolver con las bases pactadas por EH Bildu y PNV, o con el tipo de planteamiento que hace Egibar sobre nacionalidad y ciudadanía vasca, estaríamos francamente desnortados. Egibar navega con mapa de hace 30 años. Vive en otra Euskadi, trabaja para otra Euskadi y le está haciendo flaco favor a la negociación de autogobierno y a su partido.

¿Ve posible que salga un consenso de la mesa de expertos?

-Yo tengo confianza en las personas que han sido elegidas. Redactar un articulado de ese calibre es de una enorme complejidad y hay que confiar y dar margen. Pero va a ser muy difícil, porque lo que les hemos dado como material de trabajo está muy por debajo de las posibilidades del actual Parlamento Vasco.

Si se desarrolla el nuevo estatus y lo refrendan los vascos en votación, ¿es suficiente o debe ir a Madrid?

-Ese debate a nivel europeo es indiscutible: tendrá que pasar por Madrid. Si queremos que tenga eficacia a nivel europeo, tiene que pasar por Madrid. ¿O queremos repetir la jugada que ya ha salido mal? Es absurdo no recorrer los cauces administrativos cuando el continente europeo además está en un momento de tensión en el que no va a permitir ni una más. Esto es políticamente igual de vinculante para los que desean construir un nuevo Estado en Europa, como para quienes no queremos construirlo.

¿Con qué mínimos apoyaría Podemos en Madrid el nuevo estatus?

-Podemos a nivel estatal no da pasos en materia de autogobierno sin hablar con Lander Martínez o con la dirección vasca. Sé que es muy del gusto de algunos políticos vascos decir que Podemos depende de Madrid, pero Elkarrekin Podemos es quien marca la línea de autogobierno.

¿Es posible que el Congreso acepte una relación bilateral entre Euskadi y España?

-Yo he defendido siempre que, en la marejada de Catalunya, Euskadi podría ser un magnífico ejemplo, o contraejemplo mejor dicho, virtuoso. La negociación de autogobierno en Euskadi se ha dado en unos términos bastante razonables y positivos, y se ha avanzado con una línea común de necesidad de más autonomía, de más soberanía y de desbordar el Estatuto de Gernika. Ahí hay un acuerdo general de la sociedad vasca. Creo que ese acuerdo puede ser un contraejemplo virtuoso de la manera en que se han desarrollado las cosas en Catalunya. No veo al Estado español reaccionando ante eso como se ha reaccionado en Catalunya. Un nuevo estatuto puede servir para mucho, no solamente en Euskadi, también en el resto del Estado como articulación de una realidad territorial que es plurinacional.

Están en el candelero las transferencias de Prisiones y Seguridad Social. ¿Son prioritarias?

-En cuanto a prisiones, es algo que genera mucho consenso en términos de eficiencia, de Derechos Humanos y de proximidad. En cuanto a pensiones, caja única y Seguridad Social, mi sensación es que el viejo debate entre caja única sí o caja única no, no ha resuelto nada. Creo que las posibilidades que ofrece la caja única son enormes. Pensamos que fortalece el marco de las pensiones. Y con políticas fiscales adecuadas y audacia legislativa, se puede mejorar.

En cuanto a los reclusos de ETA, ¿a Podemos le satisface la forma en que el Gobierno está emprendiendo el acercamiento?

-Mi sensación es que se puede avanzar rápidamente, pero todo Gobierno hace muchas cosas a la vez y tiene muchos problemas a la vez. Yo creo que acercar es importante y se puede llevar a cabo en esta legislatura, con los Presupuestos del PP o sin los Presupuestos del PP.

¿Pueden influir en acelerar el proceso?

-Sí. Yo diría que ya lo estamos haciendo.

¿Qué pegas ven a la unidad didáctica sobre la violencia, Herenegun? ¿El concepto en sí o solo matices?

-Tenemos que reconstruir nuestra historia para recuperar las voces que hemos perdido y construir un modelo de convivencia que sea sostenible. Pero eso no consiste en construir un único relato o en pretender que un relato es común porque hay personas diferentes en un aula. Un relato es común cuando da cabida a voces que no se escuchaban, cuando recupera voces que se han perdido, voces que han sido asesinadas, no lo olvidemos. Herenegun tal como estaba planteado no conseguía ese objetivo. Lo que hay que buscar es ese relato común. Yo entiendo por relato común algo diferente al relato único.

¿Sugiere entonces que el proyecto inicial pretendía imponer el relato único?

-No, no sugiero eso. Quizás confiaba demasiado en la coincidencia espacio-temporal de voces, pero no le acuso de eso. Creo que es una iniciativa que quizás ha generado más polémica de la que esperaban sus autores. Pero no le reprocho nada.