El voto por correo ha aumentado un 41 % en las elecciones autonómicas de Madrid respecto a las de 2019, al contabilizarse 259.411 solicitudes en estos comicios, en los que podrán votar 5.112.658 electores, 4.783.528 residentes de la comunidad y 329.130 madrileños residentes en el extranjero.

Estos más cinco millones de votantes (115.763 nuevos tras cumplir la mayoría de edad) suponen una cifra récord de votantes para unos comicios a la Asamblea de Madrid, según ha señalado la consejera de Presidencia, Eugenia Carballedo, en la rueda de prensa ofrecida desde el Centro de Difusión de Datos instalado en Ifema, que ha sido visitado por la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.

Una comparecencia en la que también han participado los consejeros de Justicia, Interior y Víctimas, Enrique López, y de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, que han insistido en que los comicios "son seguros" y han pedido "paciencia" a los votantes dadas las medidas de seguridad 'extras' por la covid, que pueden dar lugar a acumulaciones y colas, en las que tendrán prioridad las personas con alguna discapacidad y los mayores.

Para evitar esas acumulaciones se han aconsejado algunos tramos horarios: por ejemplo para los más mayores (de diez a doce de la mañana) y los que tengan la enfermedad activa o que tengan sospechas, de 19 a 20 horas.

De todo el voto por correo 231.595 sufragios corresponden a madrileños residentes en España; 1.248 son solicitudes de madrileños residentes en el país, pero que temporalmente están en el extranjero, y 26.568 son de madrileños residentes en el extranjero.

En total, se han recibido solicitudes de voto procedentes de 121 países distintos y el mayor número de peticiones ha llegado desde el Reino Unido (4.464), seguido de Alemania (3.972), Francia (3.021), y Estados Unidos (2.752).

En estas elecciones el número de personas con discapacidad visual que han solicitado el kit de voto accesible (300 votantes) también se ha incrementado un 74 % en relación a 2019.

Este martes se elegirá a los 136 diputados que conformarán la Asamblea de la decimosegunda legislatura, lo que representa cuatro diputados más que en las elecciones anteriores debido al incremento de población en la Comunidad.

Estarán abiertos 1.084 locales, con 7.265 mesas electorales en los 179 municipios de la región, y en ellos se habilitarán 2.500 cabinas y 9.000 urnas.

Se han impreso 96 millones de papeletas, a las que hay que sumar 40.000 para el voto de madrileños no residentes y 350.000 para el voto por correo.

Casi cinco millones de mascarillas quirúrgicas

En el dispositivo desplegado trabajarán 18.000 personas, de las que 2.800 son responsables covid que han recibido formación específica y se encargarán de controlar el acceso ordenado y el flujo de los votantes dentro del local electoral, y velarán para que se cumplan las distancias y el resto de medidas de seguridad.

Los votantes dispondrán de casi cinco millones de mascarillas quirúrgicas y 124.000 FFP2 se dispondrán para los miembros de las mesas electorales.

Para que la jornada se desarrolle con tranquilidad, según Enrique López, el dispositivo de seguridad se articulará en colaboración con la Delegación del Gobierno en Madrid y con los centros de Coordinación de Guardia Civil (2.500 efectivos participarán) y Policía Nacional (4.500).

Se coordinará el trabajo de los 110 cuerpos de Policía Local, integrados por más de 11.000 efectivos -incluida la Policía Municipal de la capital-, y también el de los más de 3.000 voluntarios que forman parte de las 96 agrupaciones de Protección Civil que se desplegarán en todo el territorio.

Sobre cuándo se conocerán los resultados, la consejera ha dicho que dependerá del escrutinio, pero lo que se sabe ya es que habrá una comparecencia para ofrecer detalles de cómo transcurre la jornada a las 10.30 horas aproximadamente, otra a las 13.30, y una tercera sobre las 19.30.

La Comunidad no ha hecho un cálculo de cuántos documentos tendrán que emitirse desde los colegios para justificar la ausencia del trabajo para ir a votar y el consejero de Justicia ha querido mostrar su confianza en que los empresarios dejarán ejercer el voto de los trabajadores.