- “Defenderemos nuestras convicciones y no rebajaremos ni un gramo nuestro programa y nuestros planteamientos”. Así justificó ayer Pere Aragonès su participación en actos en los que rey Felipe VI y otras personas alejadas ideológicamente del independentismo estén presentes, como sucedió ayer en Barcelona en la reunión anual del Cercle d’Economia, aunque ni el president ni su número dos, Jordi Puigneró, asistieran a la cena, aunque delegaron en la consellera de Presidència, Laura Vilagrà. Fue su respuesta al planteamiento de la CUP, que ve incompatible pelear por la amnistía y la autodeterminación e ir a ese tipo de actos. Una muestra del deshielo entre Govern y Moncloa, y que el Gobierno español valoró positivamente al apreciar que la normalidad se abre paso en Catalunya. Lejos queda la polémica que protagonizó la Generalitat el pasado septiembre cuando impidió que el rey participara en un acto judicial en Barcelona, por la cercanía del aniversario del referéndum del 1-O y la sentencia de inhabilitación que se iba a dictar contra Quim Torra.

El marcaje de los anticapitalistas, que sostienen el Ejecutivo independentista, se hace notar y su diputado Carles Riera recriminó a Aragonès que diga que quiere gobernar para la mayoría de la población y ayudar a las personas más desfavorecidas, y a la vez asista a un acto de Foment del Treball y ahora también en los que esté Felipe VI: “Con estas malas amistades y complicidades, se están equivocando de bando. No se puede romper el régimen y darle a la vez estabilidad al Estado”.

Aragonès aprovechó ese evento para marcar la hoja de ruta y defendió recuperar la Declaración de Pedralbes que el Govern y el Gobierno español pactaron en 2018 como primer paso para reactivar el diálogo y resolver el conflicto, y aventuró que esto puede ser posible “en las próximas semanas”. “Cojamos la Declaración de Pedralbes, pongámosla sobre plano y comencemos a caminar”, proclamó. Aquel texto abogaba por una “respuesta democrática” y el soberanismo lo tomó como punto de partida para “poder hablar de todo”, sin límites prefijados, aunque desde Moncloa se mantenía el sí a hablar de todo, pero dentro del marco constitucional. Que la palabra “Constitución” no apareciera en los dos folios y medio del redactado y sí la expresión “en el marco de la seguridad jurídica” denota que esa Declaración fue un acuerdo tan medido en sus palabras que, pese a favorecer un consenso, no resulta fácil desarrollar en términos políticos. “El Estado tiene obligación también de presentar una propuesta. Y a partir de aquí contraponer modelos”, dijo ayer Aragonès.

El Cercle d’Economia expresó su apoyo a los indultos y apeló al Govern a a aprovechar la “oportunidad histórica” que se abre para iniciar una etapa de “concordia con España” y favorecer un “mañana en común”. Su presidente, Javier Faus, pidió gestos “de ida y vuelta”.

Pasarán factura al PSOE. Artur Mas cree que los indultos serán un “parche” que aligerarán la situación personal de los presos pero que no solucionan el conflicto. “Ayuda a que la bicicleta siga funcionando porque la rueda estaba pinchada, pero son un parche”, dijo el expresident en Catalunya Ràdio. A su juicio, la respuesta para todos los afectados por el procés sería la amnistía y con ello se pondría “el contador a cero”, aunque la única y definitiva vía sería la celebración de un referéndum vinculante. También ve probable que la concesión de los indultos pase factura al PSOE “porque España es así y hay muchos intereses políticos”, y recordó que la derecha se comporta como contra el Estatut de 2006.

“Defenderemos nuestras convicciones sin rebajar nuestro programa ni un gramo en cualquier acto”

President de la Generalitat

“Se equivocan de bando, no se puede romper el régimen y darle a la vez estabilidad al Estado”

Diputado de la CUP