El Partido Carlista ha dado una rueda de prensa este mediodía para dar su versión de los documentos hechos públicos a primera hora de la mañana en tres medios de comunicación, entre ellos DIARIO DE NOTICIAS. Un material donado al Partido Carlista, que da indicios claros de que el Estado, con especial protagonismo del entonces ministro Manuel Fraga, organizó la movilización de 5.500 ultras en Montejurra el 9 de mayo de 1976. Una jornada que se saldó con el asesinato de los carlistas Ricardo García Pellejero y Aniano Jiménez Santos.

"El Partido Carlista quiere dejar muy claro que la violencia ejercida para su eliminación, decidida en las más altas instancias del poder, y realizada a través de las denominadas 'cloacas del Estado' ha sido una constante. A juicio de los carlistas, "esta violencia tenía como objetivo el cortar en seco todo el apoyo popular que estaba recibiendo por entonces el carlismo, impedir el avance de su proyecto político y destruir el compromiso de un pueblo en marcha, que, cargado de utopía, quería avanzar hacia las libertades democráticas".

Para los carlistas, que han implicado al rey emérito, Juan Carlos I,  “a nada que hubiera habido en este país una clase política con criterios democráticos y una izquierda responsable, lo sucedido en Montejurra se tenía que haber sabido hace un montón de años". Consideran que los documentos ahora conocidos dan luz sobre “una parte de los hechos acaecidos”. En la rueda de prensa, a la que se han acercado simpatizantes y personas que estuvieron presentes en Montejurra en 1976, los representantes del partido Lázaro Ibáñez, Juan José Garay, Jesús Aragón y José María Porro han reivindicado el valor de estos papeles, que apuntan a las responsabilidades políticas del Gobierno de Arias Navarro, singularmente a su ministro de la Gobernación, Manuel Fraga. En la mesa dispuesta por los carlistas, destacaba una pancarta con el lema 'Justicia para Montejurra 76 y 77". Refiriéndose a la primera concentración carlista tras la muerte de Franco, pero también a la imposibilidad que sufrió el Partido para poder presentarse a las elecciones de 1977. “Desde la izquierda a la derecha nos dejaron al Partido Carlista en la estacada, en un momento en el que el carlismo era una fuerza popular de mucho peso. De alguna manera desde el maldito sistema fascista y franquista se nos cortó el camino y en gran parte se nos destruyó”.  

La formación carlista ha reconocido que esta "información no es completa" pero supone un avance. Ha prometido que una vez conocidos estos documentos perseverará en la búsqueda de la verdad, y ha emplazado a otros partidos e instituciones con más fuerza a avanzar en ese camino de sacar a luz la información que pueda estar calificada. "Llegaremos hasta donde podamos, porque los compañeros que han caído en el camino merecen saber la verdad" ha dicho Lázaro Ibáñez, secretario federal de la formación. Sin embargo, ha constatado que hasta ahora han exigido "repetidas veces a lo largo de esto años" sin éxito. Por ejemplo, en 2016, en el 40 aniversario de la concentración, una solicitud del Parlamento de Navarra para desclasificar dicha información cayó en saco roto.

Por su parte Jesús Aragón, secretario general del partido en Navarra ha emplazado al Ejecutivo liderado por Chivite a cambiar la orientación del museo del carlismo de Estella-Lizarra, por estar en línea de una historiografía en la que no se reconoce el Partido Carlista.

EH Bildu solicita la comparecencia de Bolaños

EH Bildu ha presentado este lunes una solicitud de comparecencia en la Comisión Constitucional del ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, después de los nuevos documentos conocidos. Bildu "quiere que el Gobierno dé cuenta de la información que pueda tener en su haber, en función de los archivos, documentos e informaciones que posee sobre los graves sucesos de Montejurra y las implicaciones del Gobierno encabezado por Carlos Arias Navarro".

Donación de un hombre con "problemas de conciencia"

Estos nuevos documentos, cuya fuente desde el Partido Carlista ha querido mantener en secreto, aportan luz al trasfondo de la concentración de 1976, que el tardofranquismo temía por poder suponer una muestra de contestación a Juan Carlos I, que daba sus primeros pasos entonces como jefe de un Estado no democrático.

Entre los textos aportados por este donante anónimo figuran cartas e informes con membrete del Ministerio del Interior y firmas del ministro Fraga o el gobernador civil de Navarra, José Ruiz de Gordoa, y destaca una "nota reservada y confidencial" acompañada, se afirma, de una tarjeta de Fraga, bajo el título "Operación Montejurra tradicionalista".

En ella se detallan las bases del la participación de la Unión Nacional en esta protesta con una estimación de los autobuses y las partidas económicas necesarias para pagar dietas que percibirán cada una de las personas que acudiesen destacándose que se contempla como una "concentración totalmente pacífica" yendo los manifestantes "mentalizados de huir de la provocación y mucho menos de confrontaciones".

En un escrito enviado por Ruiz de Gordoa a Fraga el 5 de enero de 1976 en el que tilda la romería de "una concentración subversiva de claro matiz huguista en contra del rey Juan Carlos I" el gobernador civil plantea como posible solución actuar "sobre los líderes del tradicionalismo para rescatar el significado histórico de Montejurra con una afluencia masiva de tradicionalistas".

A su juicio esta es la opción "lógica" si bien reconoce que es "muy difícil movilizar a tradicionalistas con deseo de recuperar Montejurra" como demuestran las "gestiones se han realizado en años anteriores" y que "no han dado resultado por no encontrar responsables"

Además, advierte, "en torno a Montejurra acuden grupos armados" y "cualquier acción reivindicativa de los principios en los que se inspiró la Hermandad Penitencial podría traernos consecuencias imprevisibles".

También en una carta fechada en 19 de abril de 1976 firmada por el entonces director General de Seguridad, Víctor Castro Sanmartín, y dirigida a Ruiz de Gordoa este ya adelanta que "se va a producir en esta concentración un enfrentamiento", algo que considera que "puede ser conveniente" pero, advierte, tienen que "evitar que llegue la sangre al río".

Aparece entre la documentación también otra carta de Ruiz de Gordoa a Fraga con fecha 21 de abril en la que este le resume las conclusiones de una reunión secreta mantenida en el hotel Tres Reyes con Sixto de Borbón-Parma y José Arturo Márquez en la que abordan la cuestión de Montejurra.

En ella se detalla que el plan es que haya una "presencia masiva de tradicionalistas de toda España perfectamente organizados para responder a cualquier planteamiento huguista" y "tomar Montejurra con dos días de antelación".

Le adelanta que el objetivo es "desde la campa de Irache iniciar un caldeamiento del ambiente con alto sentido patriótico, pronunciándose en defensa de la auténtica tradición y en contra de la orientación marxista" del Partido Carlista y "hacerse con los aparatos de comunicación para evitar falsas consignas".

Asimismo traslada a Fraga que había pendiente una audiencia con el Director General de Política Interior para exponerle sus planes.

Se desprende de otro informe remitido por Ruiz de Gordoa a Fraga que no fue este el primer intento por parte de Estado de frenar este acto ya que alude a los "fallidos intentos de recuperar Montejurra durante las ediciones de 1973, 1974 y 1975" por la "inoperancia e incapacidad del tradicionalismo" y reconoce que "la presencia de grupos armados y revolucionarios podían acarrear consecuencias imprevisibles".

Tras los sucesos el gobernador civil refirió que "el enfrentamiento no debió pasar de la garrota de campo" y que fue "un hecho desgraciado el disparo de la Campa" considerando que fue un "fracaso total" la convocatoria de Montejurra por parte del tradicionalismo".