El presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, volvió a reunirse el pasado miércoles, 25 de octubre, con el president expatriado Carles Puigdemont en Bruselas. El encuentro, al que también asistieron el burukide Joseba Aurrekoetxea y el secretario general de Junts, Jordi Turull, tuvo lugar en el Parlamento europeo, exactamente en la misma sala en que se celebró ayer la reunión del líder soberanista con el secretario de organización, Santos Cerdán.

El objeto de este encuentro exprés -Ortuzar y Aurrekoetxea volaron a la capital comunitaria y volvieron a Bilbao en el mismo día- era seguir profundizando en la vía de intercambio de opiniones abiertas en la primera visita de los jeltzales, el pasado 15 de septiembre. Frente a lo que han publicado algunos medios, en ningún momento se trató de una reunión preparatoria de la investidura ni, mucho menos, de la fotografía de ayer entre entre la representación del PSOE y Puigdemont. Como recalcan fuentes jeltzales, esos no son cometidos de su formación.

De lo que sí trataron los cuatro interlocutores, como no podía ser de otra manera, es de todas las cuestiones referentes a la investidura, incluyendo, lógicamente la posible ley de amnistía. Sin embargo, no se fue más allá del intercambio de pareceres, pues en Sabin Etxea tienen muy claro que cada partido tendrá (o no) un acuerdo particular con los negociadores del PSOE.

Intereses comunes entre Junts y PNV

Evidentemente, eso no quita para que haya cuestiones en las que el PNV y Junts tengan visiones coincidentes. Las más evidentes son las que tienen que ver con la necesidad de que se aborde el reconocimiento nacional de los pueblos vasco y catalán -que, obviamente, debe ser uno de los ejes de la negociación con el PSOE- y, desde luego, el modelo de Estado. Son esos los ámbitos en los que van a seguir incidiendo las dos fuerzas soberanistas, tras la recuperación de su relación en septiembre. Sin embargo, en ningún caso existe el planteamiento de llevar una estrategia común concertada. Colaborarán, eso sí, en todas aquellos asuntos, ya vemos que de gran calado, en la que tengan intereses comunes.

Por lo demás, y pese a que hay conciencia de que la investidura parece ir bien encarrilada y de que, incluso, parece que los plazos se estrechan, el PNV todavía no ha entregado su sí a Pedro Sánchez.

Es previsible que los contactos se sigan produciendo, más allá de la formación del gobierno español. No deja de ser llamativo que esta vez se haya optado por la discreción, mientras que el primero de los encuentros fue público y recibió gran atención mediática.