El PNV ha presentado la decisión de que Iñigo Urkullu no vuelva a ser candidato a lehendakari como una apuesta por el relevo generacional. ¿Es esa la única razón?

La decisión del EBB es presentar como candidato para las nuevas elecciones a Imanol Pradales. No tomamos la decisión de quién no va a ser, sino de quién va a ser, algo que parece una cuestión puramente formal, pero no lo es. Planteamos la propuesta a las bases. Elegimos mirando al medio y largo plazo, para elegir a las personas que pueden dar al partido un horizonte de estabilidad y perdurabilidad en el tiempo. Necesitamos a alguien que pueda hacerse cargo de un proyecto político para dos o tres legislaturas. ¿Por qué? En Euskadi ha habido un giro en las expectativas sociales y, en paralelo, estamos abordando las tres transiciones, la ecológica, la digital y la social; y para poder trazar una línea coherente y de gobernabilidad en esos tres retos que nos van a llevar dos, tres o cuatro legislaturas, creíamos que era necesario alguien con una edad que pudiera hacerse cargo, entre los 40 y 50 años.

Entonces, ¿es una decisión del EBB? ¿Iñigo Urkullu quería seguir?

La decisión es del EBB, nosotros se la planteamos al lehendakari, el lehendakari es un hombre de partido, y la asumió con total normalidad. Son doce años en la Lehendakaritza, ¿eh? Es un cambio normal. Lo extraordinario hubiera sido un cuarto mandato. No lo ha habido nunca, salvo un periodo muy chiquitín del lehendakari Ardanza cuando veníamos de la escisión. Hemos hecho algo que es bastante habitual en la política del partido y los usos políticos. Hay muy pocos presidentes que pasen a la cuarta legislatura. 

¿Cuándo se le comunicó esta decisión?

Venimos hablando con el lehendakari desde hace meses. Y él era consciente, ha participado en reuniones en las que hemos hablado de esto.

¿Se le fue de las manos la comunicación al PNV con la filtración de la decisión el pasado viernes?

Al PNV no se le ha ido de las manos porque el PNV no ha sido quien ha filtrado la información. No sé quién ha sido. Tenemos un partido que tiene unos procesos democráticos, asamblearios. Si alguien quiere interferir, efectivamente esa democracia nos hace a veces vulnerables a las filtraciones.

Tenían previsto iniciar el proceso este lunes, pero el sábado ya comunicaron que el candidato es Imanol Pradales. Hay quien especula con que había división interna y por eso adelantaron la comunicación...

Pensar que el lehendakari hubiera podido liderar una revuelta interna es desconocer a Urkullu y al PNV. Urkullu y el EBB se conocen muy bien, hemos compartido muchas vivencias y muy complicadas, y sabemos lo que hay que hacer y lo que no por el bien del partido. Nosotros teníamos una hoja de ruta marcada. Hasta que no quedara conjurado el peligro de unas elecciones generales el 14 de enero, era suicida meterse en un proceso interno. Una vez despejada la incógnita, era cuando teníamos que hablar. Cuando empezaron las filtraciones, lo que hacemos es, en defensa del partido y de la toma de decisiones que le corresponde solo al EBB, acelerar el proceso. El sábado hicimos todo. Pero es en defensa del partido, frente a lo que algunos medios de comunicación querían hacer.

¿La apuesta por Imanol Pradales se tomó por unanimidad en el EBB?

Sí. Estas cosas se toman por unanimidad siempre.

El perfil de Pradales es bastante similar al de Urkullu, un perfil de gestión. No parece que anticipe un cambio de rumbo en las políticas…

No, el PNV tiene solo un rumbo. Estamos haciendo lo mismo que hicimos hace 12 años, cuando Iñigo Urkullu con 51 años asumió la Lehendakaritza. Ahora Imanol tiene 48. Es lo mismo, estamos buscando un mismo horizonte de dos o tres legislaturas para que el país esté en buenas manos, para que él, además, siendo remero, sea el patrón del barco impulsando la trainera para llevar adelante al país.

"La apuesta por Imanol Pradales se tomó por unanimidad en el Euzkadi Buru Batzar"

Pradales ha venido participando desde hace años en los procesos de reflexión Think Gaur y después Entzunez Eraiki. Por el perfil que tiene, que además viene de la carrera de Sociología, ¿el PNV quiere contrarrestar el riesgo de perder el pulso a la sociedad?

Claro. Por un lado, Imanol tiene una demostrada capacidad de gestión, porque habrá pocas personas en Euskadi que hayan gestionado más cantidad de dinero. Pero, por otro lado, es un purasangre político. No solo por la parte de su preparación académica, porque es sociólogo, sino porque ha estado siempre muy volcado en la vida interna del partido en todos los procesos de renovación e innovación social. Yo a Imanol lo conocí en 2005, en el Programa Ezkerraldea 2020. Después, el entonces presidente del EBB, Iñigo Urkullu, lo metió como uno de los dinamizadores del Think Gaur, ha estado en Entzunez Eraiki y va a estar en Euskadi Think Next. Es un hombre de nuestro laboratorio de ideas desde hace 15 o 20 años. Tiene muy bien tomado el pulso al partido, pero también tiene tomado muy bien el pulso a la sociedad, y sabe qué le tenemos que ofrecer para que nos vote. Tiene un magnífico olfato.

Usted dijo a este periódico que no quiere perpetuarse al frente del EBB y que sería lógico dar paso a otra generación. ¿Se puede dar por hecho ya que Andoni Ortuzar no va a seguir como presidente del EBB?

No, no porque yo no me mantenga en aquella reflexión que hice, sino porque no me toca a mí decidirlo. Así como en el caso de la Lehendakaritza la propuesta le corresponde a la Ejecutiva, en el caso de los cargos internos, no. Ni nos podemos presentar, ni podemos decir lo que queremos, porque los cargos internos son obligatorios. Habrá que esperar a que se abra el proceso. Aquí estaré, para lo que me digan. Si la reflexión interna dice que hay que ir a un cambio, seré el primero en abrir la puerta. Si la reflexión es otra, pues hablaremos. No voy a hacer como Otegi y decidir por encima de mi partido.

"Imanol Pradales tiene una demostrada capacidad de gestión y ha tomado el pulso a la sociedad en los procesos internos"

Pero las fechas del proceso de renovación del EBB se mantienen, ¿no? No se van a adelantar para acompasar los procesos...

No, no sería propio modificar las previsiones estatutarias del partido por una coyuntura política. Supongo que el proceso oscilará entre diciembre de 2024 y marzo de 2025.

Al margen de la candidatura a lehendakari, ¿va a haber una renovación total en todos los territorios en las elecciones al Parlamento?

Las candidaturas que propondremos a la militancia tomarán como base los nombres que nos vengan canalizados desde los consejos territoriales (la semana que viene). Solo podemos hacer el 60% de la propuesta de la lista. Tenemos que dejar una parte importante para que sea la afiliación la que nos proponga candidaturas. En ese 60% tendremos que hacer, efectivamente, un esfuerzo de recambio generacional que ya en gran medida hicimos hace cuatro años.

En los últimos meses, se ha apreciado un mayor distanciamiento del lehendakari con la acción de Pedro Sánchez en el Gobierno español, e incluso temió por una legislatura inestable. ¿Han estado del todo alineados los intereses del lehendakari Urkullu y del PNV?

(Ríe) No compremos ese guion. El lehendakari participa en el EBB los lunes, participa en nuestras reflexiones y sus opiniones son tenidas en cuenta a la hora en que el EBB toma sus decisiones. Y gran parte de nuestro acuerdo con Pedro Sánchez se ha hecho con el conocimiento y el asesoramiento del Gobierno vasco en las partes que tienen que ver con responsabilidades del Gobierno vasco. Se está haciendo una leyenda, que algunos necesitan que sea negra, sobre algo que tiene un fundamento previo, que es qué tipo de persona necesitábamos para este momento político mirando a doce años vista, a 2035. Ese es el quid de la cuestión de la reflexión del EBB. Nosotros no mirábamos a cuatro años, mirábamos a 12 años, y desde esa reflexión sale la propuesta que ha salido. No hay más. Quien quiera buscar más, que busque, pero no hay más.

"No tenemos pegas sobre Urkullu ni pasamos factura; se trata de buscar un candidato para un mandato largo"

El lehendakari se va en lo más alto, en una legislatura en la que gobierna con el PSE con mayoría absoluta. Siempre ha ganado las elecciones, pero en otras convocatorias se ha percibido un desgaste del PNV, en las municipales, y en menor medida en unas generales donde ustedes hablan más bien de un voto útil al PSOE. ¿Este relevo trata de anticiparse a esa pérdida de apoyos o al desgaste que haya podido sufrir el Gobierno vasco por la pandemia?

El desgaste, de haberlo, el PNV lo asume en primera persona. No es un desgaste de Urkullu ni del Gobierno ni de los alcaldes que han tenido retrocesos. Ahí no hay pegas. No estamos pasando factura a nadie. Estamos pensando en el país que queremos en 2035. Lo hemos hecho siempre así, con Ardanza, con Ibarretxe, con Urkullu… y ahora con Pradales. Asegurar legislaturas tranquilas, productivas, y mandatos largos en el tiempo, pero que hagan frente a los desafíos.

¿Va a ser suficiente con un relevo generacional? Usted decía en julio, en el aniversario del PNV, que debían impulsar nuevas formas de acción política.

Es una garantía que una de las personas que está coordinando el laboratorio de ideas sea el que va a estar en la cabeza de cartel del PNV. La persona que está poniendo el termómetro todos los días a la sociedad va a ser la encargada de ponerlo en práctica.

¿Está tranquilo también el PNV porque es posible revalidar el acuerdo con el PSE tras haber engrasado las relaciones con Sánchez?

La relación con los socialistas está estabilizada, pero tiene sus momentos de efervescencia en época preelectoral. Espero que este acuerdo con Sánchez suponga una unión un poco más sólida con el PSOE, pero el PSE querrá marcar distancias con el PNV, y seguro que estos meses asistiremos a un distanciamiento un poco artificial a efectos del Gobierno vasco, pero confío en que las relaciones se vuelvan a normalizar y los resultados electorales nos permitan hacer un gobierno sólido.

“Otegi ha visto que su candidatura no casaba con la renovación del PNV”

 A partir del 20 de enero, cuando está previsto que acabe el proceso interno del PNV, va a convivir un lehendakari en ejercicio, Iñigo Urkullu, con un candidato a lehendakari, Imanol Pradales. En ese escenario, ¿lo más lógico sería acortar la legislatura y que las elecciones fueran en marzo? ¿O al PNV le conviene esperar un poco para promocionar la figura de Imanol Pradales?

—El lehendakari es Iñigo Urkullu hasta que ceda la makila de mando en Gernika el día que sea. Y a él le toca gestionar ese proceso, como a nosotros nos ha tocado gestionar la propuesta de candidatura. Yo no voy a decir públicamente nada sobre cuándo son las elecciones. Yo al lehendakari lo veo resuelto a cerrar la legislatura aprobando tres o cuatro proyectos de ley que están todavía en el Parlamento y son muy relevantes para el futuro de Euskadi. Y, a partir de ahí, estoy seguro de que tomará la decisión que crea mejor para el país. Confío ciegamente en lo que va a hacer el lehendakari.

¿En qué medida hay margen para acordar ya algo con EH Bildu? En la Ley de Educación, donde parecía haber mimbres para el acuerdo, EH Bildu se ha desmarcado y propone a su militancia votar en contra. ¿Esto acelera los tiempos para acabar la legislatura?

No. Es bueno que haya consensos más allá del Gobierno, pero este Gobierno no necesita a Bildu para aprobar leyes. Tiene mayoría absoluta. Por tanto, las leyes que están en el Parlamento lo que necesitan es agotar los trámites previstos. Bildu seguramente va a votar que no a todo. Todavía no está preparada y no es lo suficientemente valiente para dar un salto y colocarse como una opción de gobierno. Solo quiere ser alternativa. Le puede más ser la alternativa y dejar tirado al PNV que involucrarse en la gobernabilidad del país y situarse como opción de gobierno. Nosotros vamos a seguir llamándoles, hay tiempo hasta el 21 de diciembre, que es la última votación. No sé si les da mucho miedo que una parte de los sindicatos educativos está muy beligerante y puede hacer que Bildu pase apuros electoralmente.

Arnaldo Otegi no va a ser el candidato de EH Bildu. ¿Al PNV le complica la confrontación que ese pasado quede cada vez más atrás?

No. Tengo la pequeña sensación de que es Otegi quien ha estado esperando a ver qué hacía el PNV para tomar una decisión. Habrá visto que, en ese esquema de clichés y estereotipos en el que siempre se mueven cómodos, de un PNV viejuno, gestor, con problemas; ellos podrían abanderar la alternativa con él como candidato. Pero, cuando el PNV es capaz de girar hacia una renovación, no casaría muy bien con esa idea de que son lo nuevo y rompedor que presentaran al candidato más mayor de todas las planchas electorales.

Tras la sintonía que se vio el viernes entre PNV y Junts, y con esa colaboración que se anticipa en el Congreso, ¿ya no sería descabellado recuperar la unidad para las elecciones europeas de junio?

Iremos viendo, porque creo que va a ser muy relevante ver cómo funcionan las relaciones políticas en el ámbito del Estado. Hay un rumor por ahí que dice que una parte de Podemos puede estar sondeando ir en una misma lista con ERC, Bildu y BNG. Y tenemos el rumor de que las elecciones catalanas se puedan adelantar, están también las gallegas… Está todo tan abierto, que supongo que la fórmula no la vamos a tener definida hasta los últimos tiempos. Nosotros tenemos una magnífica relación con Coalición Canaria, una buena relación con pequeños partidos, y también la tenemos con Junts en este nuevo tiempo en que quiere tomar protagonismo otra vez en las instituciones. Hablaremos con todo el mundo, pero es verdad que las últimas europeas las hizo Junts muy en clave catalana y en clave personal de Puigdemont. Tenemos confianza para hablar con claridad cuando se acerque el momento. Hay que decidir con coherencia programática y con la calculadora en la mano.

¿Cómo se recupera el pulso vasco frente a la estatalización? ¿Tiene algo que ver con recuperar el nuevo estatus de autogobierno?

Es capital para la ciudadanía vasca saber con qué autogobierno podemos contar, porque está directamente relacionado con saber cuáles son las capacidades que vamos a tener para dotarnos de políticas públicas de calidad. A más autogobierno, mayor bienestar.