El lehendakari ha aprovechado el último pleno de control de este año en el Parlamento Vasco para echar un jarro de agua fría sobre las expectativas de la oposición, que ya había puesto en la línea de salida a sus candidatos y trabajaba con el horizonte de un adelanto electoral inmediato para el mes de marzo. Es una opción que Urkullu acaba de enfriar por la vía de los hechos sin referirse expresamente a la fecha de los comicios, pero ha presentado una larga lista de iniciativas que no cuadran con poner fin a su mandato y convocar las urnas en marzo. Tras unas jornadas en las que EH Bildu le ha pedido que aclare ya en qué mes del año que viene se celebrarán los comicios tras conocerse que no repetirá como candidato, Iñigo Urkullu se ha centrado este viernes en la acción de gobierno y en cumplir el programa, que ha llegado a presentar como un "contrato vinculante" con la ciudadanía vasca que no podría quedar en papel mojado.

Por ello, siguiendo otra vez la consigna de que a esta legislatura aún le queda recorrido y no habría que distraerse con la fecha electoral, ha prometido en concreto cumplir 100 iniciativas que incidirán en cuatro áreas del programa y que pondrán en marcha las consejerías de PNV y PSE en lo que queda de mandato. Algunas de ellas las ha desgranado y las ha articulado en cuatro ejes (personas, planeta, prosperidad y autogobierno), empezando por la reducción de las listas de espera sanitarias para devolverlas a los niveles previos a la pandemia del coronavirus, un compromiso que ya planteó en el pleno de política general de septiembre cuando apostó por reducir la espera por debajo de las 48 horas en los ambulatorios en seis meses. También apostó por aprobar la Ley de Transición Energética.

Urkullu no dijo una sola palabra sobre la fecha de las elecciones. El jeltzale Iñigo Iturrate, quien le formuló la pregunta que le dio pie a plantear estos compromisos, incluso bromeó con la idea de que le iba a poner contra las cuerdas y le iba a pedir esa fecha. Nada mencionó el lehendakari. Hay algunos indicios que parecen sugerir que el adelanto electoral, de haberlo, no sería tan inmediato, aunque Urkullu tampoco se hizo eco de la posibilidad de que los comicios sean finalmente en abril, en vista de que la Ley de Transición Energética podría aprobarse en febrero y las elecciones deben convocarse con 54 días de antelación, y en vista también de que el objetivo de las listas de espera se cumpliría en marzo y los últimos días de ese mes son ya festivos por la Semana Santa, un momento poco propicio para una cita con las urnas. La opción de marzo se desvanece, y la de junio tampoco parece la más probable. Quedaría la vía intermedia, aunque la intención del lehendakari, que es lo único que confirma su entorno a este periódico, era despejar del debate el runrún electoral y centrarse en el programa.

Iturrate abrió el pleno preguntando a Urkullu por los retos del Gobierno para los próximos meses, y recriminó a los partidos de la oposición que están tocando ya "los tambores de las elecciones y están en campaña". "Usted no está en campaña, sino en cumplir los compromisos con la ciudadanía", contrapuso. Urkullu recogió el guante: "Así es, la legislatura no termina hasta el último minuto. Trabajaremos para cumplir los compromisos con la sociedad, para cumplir lo firmado". En ese sentido, constató que queda trabajo y también queda tiempo para cumplir todo el programa. Anunció que se van a poner en marcha cien iniciativas como reducir las listas de espera, poner en marcha todas las medidas para la emancipación juvenil, aprobar la Ley de Transición Energética, nuevos parques eólicos, ofertas públicas de empleo y consolidar el 40% de los puestos de los interinos, emitir bonos sostenibles hasta los 5.000 millones de euros, aprobar las leyes de Educación y Empleo, impulsar la macrorregión, amarrar tres transferencias, abrir la oficina de Quebec, alcanzar un acuerdo con el Estado que salvaguarde las competencias vascas en la Ley de Vivienda... "No es poco lo que tenemos por delante. Cumpliremos nuestro programa con fuerza e ilusión hasta el último minuto", zanjó.

Nuevo choque con EH Bildu

Como ya es habitual, EH Bildu volvió a considerar que los problemas se le acumulan al Gobierno vasco por boca de Nerea Kortajarena. La portavoz le planteó algunos ejemplos y dijo que las listas de espera son de hasta 16 horas en Txagorritxu y que más de la mitad de la ciudadanía vasca vive en zonas de mercado tensionado de la vivienda según el informe de la consejería de Vivienda del PSE, donde dejó caer que quizás el PNV no lo comparta. "No sé si le habrá gustado", lanzó. Urkullu le afeó que vuelva a hacer una lectura "catastrofista" y trató de contraatacar con datos: "Nunca en la historia de nuestro país ha habido tantas personas trabajando ni se han dirigido tantos recursos a los servicios públicos, nunca tantas personas han estado alejadas del riesgo de pobreza severa, ni los Presupuestos han sido tan altos. ¿Sabe lo que da respuesta a los problemas de la sociedad? Las 107 leyes que hemos aprobado en 10 años", dijo, para referirse también al superpleno del jueves próximo, donde verán la luz seis leyes (Empleo, Protección de Datos, Educación, modificación de la Ley de Suelo y Urbanismo, Instituto Vasco de Finanzas, Subvenciones y, relacionada con esta última, las medidas para combatir la deslocalización de empresas).

Además, trató de restar credibilidad al discurso de EH Bildu: "Si padecemos tan graves problemas estructurales, ¿por qué Bildu enmienda los Presupuestos solo por 300 millones sobre un total de 15.000 millones, el 2% de los Presupuestos?". "Su partido está cegado por las elecciones", concluyó.

Despedida de Iturgaiz

Uno de los momentos de color del pleno ha venido de la mano de la despedida del exlíder del PP, Carlos Iturgaiz, quien ha parecido dar por finiquitada la legislatura por si este fuera el último pleno de control. Le ha agradecido "de todo corazón" al lehendakari su labor pese a las discrepancias políticas, una referencia que ha respondido Urkullu asegurando que ese sentimiento es mutuo pero preguntándole a qué venía la despedida, si acaso acababa de disolver el Parlamento o si era el propio Iturgaiz quien se despedía de la política. "Yo no sé cuándo serán las elecciones", ha repetido el lehendakari, lo que ha provocado por momentos un instante de hilaridad en el pleno.