Las frases que recopilamos en esta noticia son una parte ínfima de los ríos de tinta y saliva que hizo correr un grupo muy significado de comunicadores de la derecha española.

Las frases

  • “Yo solo sé que, en su dramática vida, ETA se ha dedicado a poner bombas en las vías férreas. Está claro quién ha sido”
  • “Los de Hamás pasaron el último verano en San Sebastián y la prensa abertzale defendía colaborar con ellos”
  • “Una operación tan delicada como volar sincronizadamente cuatro trenes en España solo la puede hacer ETA”
  • “Todas las sospechas apuntan a José Luis Rodríguez Zapatero. Él fue el principal beneficiario de los atentados del 11-M”
  • “De lo que no cabe duda alguna es de que ETA, participara o no, estaba al tanto de que los atentados se iban a producir”

Federico Jiménez Losantos, Pedro J. Ramírez, Casimiro García Abadillo, Xavier Horcajo y Luis del Pino fueron la punta de lanza de la difusión de bulos sucesivos y sistemáticos sobre los atentados. Lo hicieron a través de los medios en los que estaban entonces, principalmente, El Mundo, la cadena Cope y las emisoras de radio y televisión del Grupo Intereconomía, propiedad en aquella época y hoy todavía del ultraderechista Julio Ariza.

En las horas inmediatamente posteriores a la matanza, su tarea consistió en señalar a ETA como única autora, desdeñando todas las informaciones ya fiables sobre la participación de terroristas islamistas. La intención era impedir la derrota electoral del PP de Mariano Rajoy frente al PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero en las elecciones del 14 de marzo.

Se seguía la consigna de Pedro Arriola, asesor principal (casi gurú) de José María Aznar y autor de la frase “Si ha sido ETA nos salimos del mapa, pero si han sido los yihadistas, nos vamos a casa”. Tal cual la recoge el histórico dirigente del PP José Manuel García Margallo en sus memorias.

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En imágenes: 20 años del 11-M EFE/Archivo

Incumplido el objetivo de mantener al PP en el poder, el selecto grupo de creadores de opinión se entregó de hoz y coz al propósito de destruir la legitimidad del gobierno socialista.

Así, la teoría inicial, que se basaba en la autoría de ETA, fue virando hacia el señalamiento a una parte de los servicios secretos del Estado. 

La delirante idea era que la organización terrorista había colaborado con elementos policiales controlados por el PSOE para realizar unos atentados que, en última instancia, realizarían personas del lumpen de nacionalidad marroquí o argelina para que parecieran de inspiración yihadista.

Lo tremendo es que, 20 años después, esas tesis han calado en parte de la población.