Volver a la calle y aumentar el ritmo. Son las consignas que ha dado a los suyos la presidenta de UPN, Cristina Ibarrola, que ha clausurado el consejo político regionalista celebrado en Azagra con un tono y un discurso totalmente centrado en las elecciones forales de 2027, el horizonte al que se agarran los regionalistas para cortar la travesía en el desierto en la que están metidos desde 2015.
Ibarrola dijo que bajará impuestos y que hará de la seguridad una prioridad, ahora que la ultraderecha ha vuelto a sacar el debate a raíz de las elecciones europeas.
Ibarrola animó a UPN a “sentir el ritmo de la calle para crecer y volver a gobernar” durante la primera sesión del consejo político desde que asumió la dirección en el congreso de abril, destacando en este encuentro, celebrado bajo el lema Un nuevo ritmo en las Bodegas Manzanos de Azagra, su preocupación por Navarra y su objetivo de mejorar la calidad de vida en la región; simultáneamente, se llevó a cabo un encuentro con jóvenes donde se discutieron la visión actual de la política y Navarra, permitiendo propuestas sobre temas que les afectan, y Ibarrola enfatizó que UPN es la mejor alternativa para resolver los problemas de los navarros, planteando el reto de recuperar el liderazgo de la comunidad en España y Europa, pidiendo imprimir “un nuevo ritmo” al partido y activarlo “al 200 por cien”. Ibarrola aprovechó para meter el dedo en el ojo al resto de partidos. Ha dicho que hay una estrategia para dirigirnos hacia “el pensamiento único”. Dijo que UPN es el “partido foralista por naturaleza y por convicción”, advirtiendo que “el independentismo es antiforal” y que los partidos de ámbito nacional “no tienen como prioridad lo que ocurra en Navarra”.