“Hemos engrasado un poco mejor las relaciones con el PSN, ante la ola reaccionaria en Europa y en España”
La vicepresidenta segunda afronta sus dos últimos años en el Gobierno de Navarra. En 2027cerrará un ciclo que inició hace una década, que repasa desde su bagaje acumulado
Ana Ollo (1965) nos atiende en su despacho del Palacio de Navarra. Es la única consejera del Gobierno de Barkos que ha seguido trabajando en los dos ejecutivos de Chivite. De momento lleva diez años de trabajo político intenso. Un periplo que concluirá en 2027, según prevé la propia interesada, y así favorecer el relevo generacional.
Según el escritor Aingeru Epaltza el cambio de 2015 pareció una conjunción astral. ¿Qué recuerda usted?
–La emoción de ver la posibilidad de un gobierno distinto al régimen que había habido durante tantos años. Yo estaba en la Universidad Pública de Navarra como directora de comunicación y jefa de gabinete del rector Julio Lafuente. En la UPNA se había producido un vuelco con Iniciativa Plural, personas de diferentes ideologías que querían un cambio progresista. El día de las elecciones pensé que había llegado a Navarra esa Iniciativa Plural. Recuerdo emoción y alegría, pero casi parecía increíble que realmente se fuera a materializar un Gobierno distinto.
Usted no había sido sondeada.
–No, para nada, yo estaba en la UPNA, con un perfil discreto. Sí fui de Iniciativa Plural, había participado en órganos de Gobierno de la universidad.
Y pasó a ser consejera y portavoz del nuevo Ejecutivo.
–Uxue (Barkos) me llamó, una mañana de julio, y quedamos esa tarde. Yo pensé que me iba a preguntar sobre personas de la universidad que pudiesen formar parte del Gobierno y estuve haciendo una lista, por cierto, una de ellas era Miguel Laparra (que sería vicepresidente de Derechos Sociales).
“La política es enormemente ingrata”, dijo hace poco Barkos. Usted es la única de ese Gobierno que ha continuado hasta hoy. ¿Por resistencia, fuerza mental, atrevimiento...?
–Seguramente son todas esas cosas. Además Geroa Bai siguió impulsando áreas como Euskera, Acción Exterior o Memoria y Convivencia y se pensó en mí como continuidad. A veces también es la suerte o la casualidad. Pero sí, me considero una mujer perseverante. En la vida hay cosas que me han costado mucho pero he sido perseverante y las he conseguido en su mayor parte.
“Llevamos diez años de políticas de cambio, pero en la primera legislatura el PSN hizo una oposición muy dura y a veces muy canalla”
Adivino un punto de timidez todavía, diez años después. ¿O no?
–Mi padre es del valle de Goñi, de Tierra Estella y mi padre del Pirineo, y yo me reconozco un poco en ese carácter pirenaico o montañés.
Usted y Barkos son periodistas. ¿Qué puede aportar el periodismo a la política además de comunicar?
–Es importante saber contar lo que se hace, y la construcción del relato. Pero el periodismo no es solo eso, sino también tener nociones de sociología y de psicología y captar por dónde va la sociedad. A mí me apasionan el periodismo y la comunicación, porque creo que engloban muchos saberes más allá de contar.
Las políticas de Memoria y Convivencia han condensado emociones en esta década.
–La primera vez hace diez años. Uxue Barkos tuvo el empeño de incluirlas como un área de Gobierno. Fue un paso importantísimo, y cuando empezamos a trabajar con políticas de Memoria descubrimos que mucha gente de los diferentes contextos victimológicos había estado abandonada durante décadas. No solo víctimas de la represión franquista o del golpe militar. También del terrorismo de ETA, y qué decir de las de motivación política. En esos actos de acompañamiento nos acogían con una emoción...
Recuerda una exhumación en Olabe, con 16 cuerpos.
–Hacía un día terrible, mucho frío y lluvia y empezaron a salir los cuerpos, muchos de ellos entre 18 y 20 años. Yo vi a mis hijos ahí. Y a la vez con la satisfacción que te da estar desenterrando esa memoria que durante tantas décadas han querido que estuviera enterrada y oculta a todos.
¿Es la memoria uno de los cambios más profundos de este tiempo?
–Yo confío en ello, hay señales de alarma que dicen que esto no está tan asentado. Hay políticas que necesitan muchos años y mucho poso, porque si no son fáciles de desmontar. Confío que las de Memoria, aunque venga un Gobierno de signo diferente continúen, pero en comunidades como Aragón, por ejemplo, se han derogado las leyes de Memoria. Confío en que si ocurriera eso la sociedad se levantara. No podemos volver a crecer en la desmemoria.
EH Bildu les critica sin mencionarles por arrogarse excesivo protagonismo en el cambio de 2015.
–Yo creo que Uxue Barkos ha mostrado todo lo contrario entrevistada en este aniversario. Es de una generosidad con todos los grupos políticos y con quienes participaron en ese cambio. Evidentemente ella organizó aquel Gobierno, y fue un logro de Geroa Bai, claro que sí, apoyado por otras formaciones. EH Bildu hace días hizo un mitin y también escenificó en la figura de Joseba Asiron el cambio como alcalde de Pamplona.
En el PSN el reproche es que acentúan esa primera legislatura como si no hubiera habido más.
–Yo llevo tres legislaturas, soy consejera de este Gobierno y vicepresidenta segunda. En 2019 hubo un cambio que es lo que decidió la ciudadanía, ni justo ni injusto. Siempre digo que llevamos diez años de políticas de cambio. Pero en la primera legislatura, desde luego en las áreas que yo llevaba, el PSN hizo una oposición muy dura, y a veces muy canalla. Quiero recordar que a los dos meses de empezar el Gobierno de Uxue Barkos se montó un medio digital de derechas e incluso ultraderecha en el que un parlamentario socialista tenía una columna. Las fake news no han salido ahora, llevan en Navarra diez años y continúan. No se trata de vivir en los agravios. Me enorgullece pensar que el Partido Socialista de Navarra se dio cuenta de que tenía que formar parte del sector progresista y no continuar con UPN, como había estado hasta entonces. Y ese ha sido otro de los valores de ese primer Gobierno, que el PSN pensó que estaba en el lugar equivocado.
En mayo de 2023 habló de un “rodillo” socialista que invisibilizó el peso de Geroa Bai. ¿Eso ha cambiado?
–Algo sí, probablemente en 2019 el Partido Socialista vino con la euforia de superar su peor resultado, el de 2015 y liderar con María Chivite. Nuestro ánimo estaba más disminuido al ver que la labor en Gobierno no había sido reconocida por la ciudadanía como creíamos. La pasada legislatura fue muy rara, porque la covid rompió todo. Hubo poca gestión política respecto a la primera. En esta creo que hemos engrasado un poco mejor las relaciones. Probablemente porque también tenemos unos adversarios, no tanto en grupos políticos, como en esa ola reaccionaria y autoritaria que está asentada en Europa y en España. Ser consciente de que nos estamos jugando mucho en la sociedad democrática si no colaboramos conjuntamente nos ha hecho de alguna forma trabajar mejor engrasados.
“El PSN se dio cuenta de que tenía que formar parte del sector progresista y no continuar con UPN en el lugar equivocado”
¿Cómo es María Chivite?
–Es una mujer muy cercana, franca. Antes decía que yo me reconozco más en un carácter montañés, y María es un carácter ribero. Deja hacer, tiene un liderazgo muy compartido. Quizás el mayor cambio que noté del primer Gobierno al segundo y tercero es que desde 2019 los partidos políticos y portavoces parlamentarios tienen mucho peso en las decisiones que se toman. En el primero éramos más libres, también menos acompañados, seguramente, bajo un liderazgo más férreo como era el de Uxue Barkos.
A la hora de ir a las urnas ¿qué cree que cala en una sociedad y qué no?
–Lo importante es no renunciar a tus ideas, dentro de que la política es el arte de hacer lo mejor posible. Vivimos en un mundo cada vez más global en el que la agenda foral tiene menos peso. Las redes sociales son globales. Aunque Navarra está más protegida, porque hay una cultura política que impregna más que en otras regiones, no podemos abstraernos del mundo global de ahora mismo. Navarra no es una isla.
Según Javier Esparza, Geroa Bai cometió un error estratégico en tanto que EH Bildu va creciendo.
–Parece que hay un discurso compartido por varias formaciones, principalmente por UPN, de que Geroa Bai está en descenso y estamos cometiendo errores y otras fuerzas se alimentan. Estos diez años de Navarra no podrían haber surgido si no hubiera habido el espacio político que representa Geroa Bai, y creo que en el futuro tampoco puede haber un Gobierno de progreso en Navarra si no se cuenta con Geroa Bai. Supongo que también estas declaraciones son parte de la frustración que supone llevar al menos diez años fuera del Gobierno y no ver la salida del túnel.
¿Es positivo que no se tenga por segura la próxima cabeza de cartel?
–Vivimos en un mundo vertiginoso, tampoco creo que del resto de formaciones conozcamos quién será cabeza de cartel dentro de dos años.
Chivite, Aznal...
–Bueno, yo no sé si Bildu va a seguir apostando por Laura Aznal. No lo sé, no lo han dicho así. Creo que ningún partido ahora mismo ha dicho quién va a ser su cabeza de lista en dos años. En Geroa Bai vamos a trabajar por consolidar ese espacio y la coalición.
Que Barkos haya dejado el Parlamento ¿puede invitar a revisiones en el acuerdo interno de 2022?
–Esto se tendrá que negociar, como toda la coalición. Yo dentro de esta pertenezco a Socialverdes. En este momento hay demasiadas incógnitas y problemas como para centrarnos solo en un debate interno. Tenemos que seguir trabajando por mejorar las condiciones de vida y el bienestar, reforzar esas políticas, y agrandar el espacio de la coalición.
Socialverdes aspirará a continuar siendo cabeza de lista.
–Lógicamente, cada uno de los dos partidos de la coalición aspirará a eso.
¿Ana Ollo se descarta?
–Sí, sí, creo que hay que dar paso a las nuevas generaciones, tenemos personas muy buenas en Socialverdes y en la propia Geroa Bai.
¿Es un acicate añadido para tratar de redondear o culminar medidas?
–Soy poco individualista. Todos los temas seguramente van a seguir teniendo un recorrido importante esté yo o no esté. Siempre hay proyectos que te hacen mucha ilusión, por ejemplo Rozalejo. Verlo como la sede de las políticas de Memoria y de Convivencia va a ser un día grande. O el otro día, cuando aprobamos casi 260 plazas más bilingües... Rozalejo va a ser un gran orgullo. Está quedando un edificio magnífico. Otro símbolo fue la retirada de la Laureada y conseguir que la fachada del Palacio de Navarra se democratizase después de décadas exhibiendo un símbolo franquista. O poder resolver el expediente de ETB para quien quisiera pudiese ver ETB de forma legal. Y también el expediente de Euskalerria Irratia, tras 17 años de procesos judiciales que mostraron las peores políticas sectarias.
“Me descarto para 2027, creo que hay que dar paso a las nuevas generaciones, a personas muy buenas en Socialverdes y en Geroa Bai”
¿Cómo van las cosas con el Partido Socialista en materia de euskera?
–Seguramente más despacio de lo que nos gustaría, pero se han dado avances. Hace poco hemos aprobado los planes lingüísticos de los departamentos, superando una situación injusta y discriminatoria con el euskera y con la ciudadanía euskaldun, en la que el euskera no se valoraba en la Zona Mixta en ninguna plaza, y ahora se valora en la mayor parte de las plazas, o la recuperación de las ayudas a los entes locales... Con el PSN seguimos teniendo diferencias de visión en torno al euskera, pero estamos trabajando en un clima de colaboración mayor y mejor que en otras legislaturas. Creo que en Geroa Bai hemos traído al PSN también a ese reconocimiento. Los pasos que el PSN ha dado ha sido porque Geroa Bai hemos estado insistiendo desde la lealtad. Les hemos traído al lado bueno de la historia.
¿Por qué es importante que el euskera sea oficial en Europa?
–Como reconocimiento y prestigio de una lengua propia. Las lenguas son un valor de convivencia y de cohesión territorial y social. Que en Europa sea reconocido es también apostar por esa diversidad lingüística. Es importante reconocerla porque es un valor de Europa.
“EH Bildu tiene parte de radicalidad que les genera fricciones”
¿Le preocupan ciertos síntomas de contestación o de posición dentro de la llamada ‘izquierda abertzale? A propósito de Berriozar o Txantrea.
–Bildu está muchas veces copiando los argumentos y el espacio de Geroa Bai. Parece que está yendo a una política más centrada, menos radical. Pero creo que tiene una parte muy importante de esa extrema izquierda o radicalidad que les genera fricciones. La imagen pública que se quiere dar en Bildu es de una política centrada, y es lo que también habíamos pedido los demócratas, que la violencia no fuera una herramienta, pero una parte de su electorado sigue creyendo en esas ideas más extremas. Hay un sustrato ideológico dentro de EH Bildu que coincide poco a veces con reflexiones más serenas y profundas de sus líderes políticos. Y esto les crea conflicto. Tendrán que ser ellos quienes lo resuelvan. Yo creo que a Bildu le falta todavía mucho recorrido ético, y mucho recorrido político. Pero también se están encontrando con problemas en la gestión, donde tienes conflictos todos los días, y muchas veces con los tuyos, porque no se puede contentar. Creo que Bildu tiene un discurso oficial más centrado y posibilista, pero sigue teniendo un sustrato ideológico radical.
¿Cómo ha influido el Gobierno de Pedro Sánchez en el de Navarra desde 2018?
–Con un Gobierno de coalición progresista en Madrid desde luego se trabaja mejor, y más en las políticas que llevo. El Gobierno de España está dando pasos en el reconocimiento de la diversidad lingüística, con la constitución del Consejo de las Lenguas, una apertura a las lenguas cooficiales o propias de toda España. Esto no se conocía con gobiernos del Partido Popular. Por no hablar de las políticas de memoria u otras. Es cierto que el ruido que ahora mismo hay en Madrid no beneficia, y cuando decía que Navarra no es una isla, es difícil abstraerse.
¿Cómo se ve desde Geroa Bai la actual política de Vivienda ?
–En el Gobierno trabajamos en común. Ninguna política es solo de un departamento. Lo importante es dar respuesta a lo que ahora mismo creo que es el principal problema y la principal prioridad política, sobre todo por los jóvenes, independientemente de que en este caso sea Contigo-Zurekin el responsable. Sin emancipación entramos en un círculo perverso de no regeneración social. Ahí tenemos que remar todas juntas.
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