Un tratamiento experimental liderado por el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell) ha logrado, en modelos animales, rejuvenecer las células madre de la sangre, lo que podría tener implicaciones en el tratamiento de enfermedades propias del envejecimiento en humanos.
"Hemos visto que, aplicando este tratamiento, las características de las células viejas se convierten ahora en nuevas, de tal forma que rejuvenecen el sistema hematopoyético de los animales que hemos estudiado", ha explicado a EFE la investigadora del Idibell y coprimera autora del estudio, Eva Mejía-Ramírez.
En esta investigación, publicada en la revista Nature Aging, han participado también científicos del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y del Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS).
El envejecimiento es uno de los principales factores de riesgo de numerosas enfermedades, como las dolencias cardiovasculares o el cáncer.
Uno de sus principales impulsores es el envejecimiento del sistema hematopoyético, encargado de crear las células de la sangre.
Estas células madre hematopoyéticas, ubicadas en la médula ósea, producen de manera continua todas las células sanguíneas (transportadoras de oxígeno, inmunitarias y plaquetas).
Con el tiempo, pierden su capacidad regenerativa, generan menos células y de peor calidad, lo que se relaciona con inmunosenescencia, inflamación crónica, enfermedades crónicas y cáncer.
En este nuevo estudio, los investigadores han descubierto el potencial rejuvenecedor del fármaco Rhosin, un inhibidor de la proteína RhoA.
Al aplicar el fármaco en células madre sanguíneas ex vivo, observaron que volvían a un estado más joven y disminuían las características propias del envejecimiento celular.
Las células madre viejas tienden a la acumulación de mutaciones y a la desorganización del ADN, lo que genera tensión mecánica en el núcleo y dificulta la replicación.
Al rejuvenecerlas, estos problemas desaparecen y se mejora la capacidad funcional de las células hematopoyéticas.
Según la científica, empleando este fármaco las células se convierten en dianas terapéuticas útiles para intervenir en enfermedades propias del envejecimiento, como el cáncer o las dolencias cardiovasculares, e intentar que no sean tan graves y las personas tengan mejor calidad de vida durante más años.
La aplicación en humanos
Los próximos pasos consisten en escalar lo observado en ratones a un ensayo clínico en humanos, con la previsión de confirmar los resultados.
"Somos optimistas, porque las vías que hemos encontrado funcionan también en los seres humanos y las características que hemos visto son comunes en ratón y en humano", ha afirmado Mejía-Ramírez.
Un avance así sería especialmente positivo en una sociedad como la española, que envejece rápidamente debido al aumento de la esperanza de vida. Para 2050, en los países occidentales, la población mayor de 60 años se habrá duplicado respecto a 2015, incrementando la incidencia de cáncer, demencia y afecciones cardiovasculares, lo que sobrecargará los sistemas sanitarios y sociales.