se aproxima el fin de año y una vez más, las tiendas de disfraces de Pamplona se llenan de gente deseosa de cambiar de año caracterizados. No sólo la capital navarra acoge está costumbre. En muchos municipios de la Cuenca y en otros como Berbinzana, Andosilla o Cadreita, también es clásico disfrazarse en esta fecha. Para esta Nochevieja no habrá muchas novedades con respecto a las anteriores, aunque si parece que cada vez son más, los que optan por travestirse.

Tanto chicos como chicas, aunque es más frecuente que sean los hombres quiénes quieran vestirse por un día de mujer. "Nos piden mucho de sevillanas y cordobesas... sobretodo los chicos", comenta Amaia Cabañas, empleada de La Máscara. También los de charlestón se hallan entre los más solicitados. "Algunos son reacios pero al final, la presión de los amigos acaba por convencerles", asegura Cabañas.

Las mujeres se han unido últimamente a esta costumbre, tradicionalmente masculina, y también optan por profesiones en las que, por norma general, es más común encontrar a hombres que a mujeres. Si son de los que dejan las compras para última hora, y tenían pensado ir de árbitras o boxeadoras será mejor que elijan otro disfraz. Están agotados desde hace tiempo. "No sabemos muy bien el motivo, porque otros años también los teníamos pero no se les daba tanta salida", informa Maite Aibar Iso, copropietaria de El Camerino. Y es que, a pesar de que los tradicionales siguen marcando la pauta entre los más demandados, esta Nochevieja habrá que fijarse bien para comprobar quién está debajo de cada disfraz.

SIGUEN LOS CLÁSICOS Entre las típicas caracterizaciones que ofertan los establecimientos, piratas, mosqueteros, payasos y animales son los que más piden los clientes. Sin embargo, aunque muchos elijan ir de lo mismo, los complementos y la variedad de modelos ofertados contribuyen a que haya gran variedad dentro de un mismo patrón común. "Aunque muchos pidan el de pirata, pueden ir de Piratas del Caribe, de pirata tradicional, con un loro y pendientes o con un parche", explica Sonia Barcos, propietaria de La Golosina.

Pero que la mayoría opte por lo tradicional no quita para que algunos se preparen mucho sus disfraces. "Nosotros vamos a ir de miembros de un circo", comenta una joven mientras busca los complementos que necesita. "Uno va de mujer barbuda, otro de forzudo, otro de hombre bala, otro de payaso y otra de maga" prosigue la joven. E incluso a los que optan por lo clásico también les llama lo del cambio de sexo. La mujer barbuda será un chico. Las brujas o los jugadores de fútbol americano también están entre las peticiones habituales. Éstos últimos aparecieron con fuerza, hace ya unos cuántos años, y parece que todavía tienen tirón entre la clientela.

Pocas novedades Casi todos los años aparece algún personaje de actualidad que se convierte en el rey de la última noche del año. Hace dos años, la excéntrica cantante Amy Winehouse fue una de las caracterizaciones más recurrentes. Su música y, más aún, sus apariciones en la prensa rosa y sus escándalos provocaron que fueran bastantes los que optasen por ataviarse con algunos de sus peculiares looks. "Todavía hay gente que pide complementos para ir de Amy pero son ya pocos", asegura Cabañas. Para recibir 2010, el boom de los cines en 3D provocó que algunos optaran por poblar la noche pamplonesa de avatares.

Este año los principales candidatos para ser la novedad eran Belén Esteban y Lady Gaga. La televisiva princesa del pueblo ha ocupado muchas horas en la pequeña pantalla, y la facilidad con que uno se podía caracterizar de ella, la convierten en una posibilidad. Una peluca rubia y un chándal rosa bastan, pero parece que no será la princesa de la noche. Por su parte, la cantante neoyorquina, con sus futuristas vestidos parecía que iba a ser uno de los disfraces del año. Sin embargo, en los establecimientos se cree que no habrá ningún nuevo atuendo que triunfe este año. "Sólo una persona ha venido a pedirnos complementos para ir de Lady Gaga", asegura Aibar. Las escasas novedades en el recibimiento a 2011 parece que se reducirán a algún Bob Esponja.

entre 10 y 50 euros La crisis también llega a este sector, aunque no se nota en exceso. El precio resulta bastante asequible a todos los bolsillos y, aunque sólo sea para una noche, no se privan de adquirir su vestimenta. Con el objetivo de ahorrar algunos euros, y de hacérselo a su gusto, algunos prefieren elaborarse ellos mismos los trajes. "Son los más previsores, ya desde noviembre tienen comprados los complementos y las telas" comenta Cabañas. Sin embargo, el ahorro económico no es mucho porque el precio de los complementos que adquieren acaba ascendiendo prácticamente a lo mismo que cuesta un disfraz ya hecho.

"La gente si que pregunta más el precio pero como no son muy caros no ponen muchas pegas", afirma Aibar. Los que cuesta más darles salida son los más elaborados. Un minotauro de 185 euros, un traje espacial de 400 o un atuendo completo de Darth Vader que ronda los 1.000 euros, son algunos de los caprichos que se escapan al alcance de la mayoría.

Los más pequeños también No sólo los jóvenes se disfrazan para salir de juerga. Los benjamines de la casa también aprovechan la ocasión para pasar un rato entretenido. En el fondo, suelen ser los padres quienes disfrazan a los pequeños para divertirse con sus retoños. Princesas o brujas son los preferidos para las niñas y cruzados, piratas o zorros para los niños. Lo de travestirse se deja para los más mayores. En esta tierna edad, a los padres se les cae la baba viendo a sus niñas caracterizadas como damas de cuento o a sus retoños cuál héroe de aventuras o villano de acción. Las tallas no son un problema. La mayoría de las tiendas disponen de tallas a partir del año, aunque si tienen algún bebé de tres meses también puede encontrar algún vestido.

por 9 euros más, en casa Para aquéllos que prefieran no moverse de casa ni hacer interminables colas, los principales locales de disfraces han empleado las nuevas tecnologías para facilitar al comprador la búsqueda. Las páginas web de los establecimientos permiten ver los que están disponibles y el precio de los mismos. Y para los que disponen de poco tiempo o, simplemente, son vagos, por un plus de 9 euros derivado de los portes, la propia tienda le lleva el disfraz a casa. "Este es el primer año que tenemos la página y está siendo un éxito" comenta Aibar.

Además, parece que está tradición típicamente en Navarra, está traspasando las fronteras de la Comunidad Foral. "Hemos recibido pedidos de Sevilla, Zaragoza, Barcelona y Cádiz", comenta Barcos.

Un año más, las calles de muchas localidades de Pamplona se llenarán de gente disfrazada para recibir el año. Los atuendos tradicionales se unirán a los que optan por cambiar de sexo, en una noche en la que la alegría es siempre el denominador común.