pamplona. Este ordenanza, al que inculparon en su día, no es otro que José Lareo López, de 53 años, al que la fallecida Yamiled Giraldo denunció en 2001 por agresión sexual y por haberle obligado a ejercer la prostitución en el Camino Rojo, un club que poseía en Doneztebe. Lareo, que fue condenado en 2004 a 18 años de prisión, se autoexcluyó ayer breve y tajantemente de la sangrienta venganza, que despachó en tres negaciones consecutivas.

Los dos acusados de consumar el asesinato de Yamiled y del intento de acabar también con su hijo, tenían relación estrecha con Karlos Igari, de 24 años, otro de los procesados por inducir al asesinato, con el que Solaeche había cometido un atraco en una sala de juegos de Pamplona. Igari es además la expareja de Nira, con la que tiene una hija en común. El último inductor, Pedro Andrés García Pérez, colombiano de 25 años y en prisión por otro crimen en Cintruénigo provocado por un ajuste de drogas, se supone que es el último eslabón que cierra este macabro círculo, al estar considerado la mano derecha en la cárcel de Lareo, en cuyo club de alterne de Irun trabajaba como camarera su novia.

La mayoría de los procesados trataron de alejarse del que tenían al lado y por supuesto desligarse de las pruebas que les incriminan, entre ellas, las declaraciones ante la Policía Foral y la Guardia Civil una vez que se descubrió el entramado. Sólo el autor de los disparos, Rodrigo Solaeche, contestó a las preguntas de todas las partes; mientras que los otros cuatro acusados sólo respondieron a las cuestiones de sus respectivas defensas. De sus declaraciones iniciales se retractó en gran medida Nira Arandigoyen, que a pesar de reconocer su participación en el crimen y asegurar que hizo lo que hizo por temor a que dañaran a su hija, ya que su expareja le había maltratado durante seis años. Y ahí apuntó hacia Karlos Igari, que le entregó la información necesaria para contactar con Yamiled. "Cuando fui a visitarle a prisión, Karlos me dio un papel con el nombre de ella (Yamiled), dónde estudiaban sus hijos, la casa en la que vivía...".

encuentros que se niegan Si bien ante la Policía y el juzgado de instrucción Nira admitió que sabía que el crimen de Yamiled "era un ajuste de cuentas pagado porque Lareo fue denunciado por trata de blancas" y que ella participó en el asesinato porque "Lareo y Karlos eran capaces de cualquier cosa y pensé que si no lo hacía, me podía pasar a mí lo mismo", ayer lo negó. "Fue Karlos y la Policía Foral quienes me comentaron que detrás estaba Lareo, no sabía que había que eliminar a una testigo", afirmó ayer en la vista oral, que termina el próximo lunes. Pese a este cambio de opinión, la Policía constató en la investigación que Nira y Lareo se entrevistaron dos veces, en Irun y Pau, con el objetivo de darle la información necesaria sobre Yamiled y pagar el crimen, por el que Rodrigo y Nira recibieron 8.000 euros, más 2.000 para gastos.

Por su parte, Solaeche dijo haber cometido el crimen "por dinero, aunque no me interesaba saber de dónde venía", que se lo encargó "Karlos Igari en prisión" y que, aunque en principio pensaba que "eran habladurías de las muchas que se hablan en la cárcel", luego, cuando "Nira apareció con el dinero, acepté". Y, sobre la trama, negó la mayor: "No conozco ni a Lareo ni a Pedro. Fue la Policía la que me habló de Lareo", aseguró.

Solaeche añadió que jamás tuvo intención de matar al hijo de Yamiled, con el que había acudido a la cita a Cordovilla: "Al verle, pensé en irme para casa. Yo no quería hacerlo en ningún momento, pero fue Nira quien me dijo que lo hiciera. Pero él no tuvo un riesgo real".

Karlos Igari, al que tanto Nira como Rodrigo implicaron por el encargo, se borró a sí mismo y a Lareo de la trama. "No tenía ni idea de esto. Yo no sabía nada de Lareo y me enteré por la tele. Fue Nira la que me dijo que había hecho un trabajo para Pedro". En la declaración policial dijo otra cosa: "Pedro me preguntó si conocía a algún sicario para hacer un trabajo y le dije que sí".

Por último, Pedro Andrés García Pérez relacionó lo ocurrido con una llamada que recibió desde Colombia para que localizara a una persona. "Pero luego me dijeron que no hacía falta". A Lareo afirmó haberle preguntado si tenía algo que ver y que éste le respondió que no. Lo mismo que Lareo dijo ayer, aunque sea considerado el cabecilla de este horror.

l Rodrigo Solaeche Sánchez. La Fiscalía y la acusación particular piden para él 46 años de prisión por asesinato, intento de asesinato, obstrucción a la Justicia y tenencia ilícita de armas. Su defensa pide eximente incompleta por alteración psíquica.

l Nira Arandigoyen Martínez. La Fiscalía pide para ella 44 años de prisión por asesinato, intento de asesinato y obstrucción a la Justicia y la acusación particular 46,5 años. Su defensa argumenta que actuaba bajo coacciones.

l José Luis Lareo López. El principal inductor. El fiscal pide para él 22 años de prisión, la acusación particular pide 24 y su defensa, la absolución, ya que dice que no tiene relación con los hechos.

l Karlos Igari Martínez. Le piden 19 años el fiscal, 24 la acusación particular y su defensa, la absolución o condena por encubrimiento.

l Pedro Andrés García Pérez. En prisión por otro asesinato en Cintruénigo. Le piden 19 años el fiscal, 24 la acusación particular y su defensa, la absolución.