Muere una mujer de 72 años en Nuin por posible intoxicación de monóxido de carbono

pamplona. Carmen Eslava Eslava, vecina de Nuin de 72 años, falleció el pasado viernes por la noche por una posible intoxicación causada por inhalar monóxido de carbono en su domicilio de la calle San Martín del citado concejo de Juslapeña, según informó el Gobierno de Navarra. La mala combustión de un brasero encendido y situado en la parte inferior de una mesa camilla que estaba en el baño de la vivienda, pudo ser la causa de la muerte, aunque ésta deberá ser confirmada por la autopsia.

El cuerpo fue encontrado por un médico del servicio de Emergencias del 112 que acudió al domicilio, después de que la familia de la víctima alertara de que les resultaba imposible ponerse en contacto telefónico con la víctima y temían que le hubiese podido ocurrir algo.

Los bomberos llegaron al lugar de los hechos en torno a las 23.00 horas y detectaron una alta concentración de monóxido de carbono dentro de la estancia. De hecho, la medición realizada dio una concentración de monóxido de carbono de 400 partículas por cada millón. A partir de las 200 partículas ya se considera una cantidad nociva para la salud. El cuerpo de la fallecida fue trasladado al Instituto Navarro de Medicina Legal donde se le practicó la autopsia para esclarecer las causas concretas de la muerte. La Policía Judicial de la Policía Foral es quién está investigando el caso.

muy religiosa Y CON 5 HERMANOS En Nuin, un concejo de tan solo 37 habitantes, todos conocían a Carmen. Llevaba toda la vida viviendo en este pequeño paraje de Juslapeña, excepto una temporada en la que estuvo trabajando en el barrio de la Rochapea de Pamplona como operaria de una fábrica. Segunda de seis hermanos, cuatro chicas y dos chicos, vivía en su localidad natal junto a su hermano Francisco Javier, que se encargaba de cuidar la huerta y los terrenos familiares. Su hermana mayor, María Joaquina, es misionera dominica en la India.

Carmen Eslava se encargaba actualmente del mantenimiento de la iglesia del pueblo y según cuentan sus vecinos, se encontraba en un perfecto estado de salud y solía dar paseos por los alrededores casi a diario. Dentro del municipio era una mujer a la que todos le tenían cariño y sus allegados la recuerdan como una mujer callada, "pero de las que no hablaba mucho por no ofender a nadie" y siempre dispuesta a prestar favores a todo el mundo. Era muy casera y actualmente se encargaba de cuidar de su hermano y de hacer las labores del hogar, además del mencionado mantenimiento de la iglesia.